domingo, 30 de noviembre de 2014

CAMINO DE AQUEL PAÍS ...

Tengo una amiga que en esas tardes de gin tonic y Marlboro, charlas interminables, risas y reflexiones, me dice que le sigue sorprendiendo ese toque naif que tengo a veces. Y no solo no me molesta ni me sorprende, si no que me gusta que me lo diga. Y es que siento que en estas fechas en las que se acerca ese 17 de hace ya bastantes años, ese día que a mi tanto me gusta. Siento, como decía, que aún conservo esa inocencia que en verdad nunca he querido perder. Siento en mi esa mezcla de experiencia, sueños e ilusión. Esa necesidad a veces de seguir al conejo y entrar por esa pequeña puerta.
Hace poco escribía sobre las corazas y lo poco que me gustan y el daño que a veces eso me provoca. Escribía sobre el dolor, el llanto, el duelo y seguir hacia adelante, siempre.
Disfruto aprendiendo cada día, entre sonrisas y lagrimas, disfruto con esos grandes suspiros que me salen del corazón cuando soy capaz de darme cuenta que después de reflexiones y preguntas sin respuestas he llegado a la meta con serenidad. Y sin poder evitarlo afronto un nuevo reto porque es la manera que tengo de sentirme viva.
Dando una vuelta últimamente a eso del "echar de menos", he llegado a la conclusión de que ese "de menos" son tan solo momentos, instantes fugaces, pellizcos, calambres, paradas efímeras de nuestro caminar. Ese "de menos" en verdad son muchos "de mas" previos al momento de la llegada. La llegada a ese lugar anhelado, a tus besos, a esa luz diferente a todas las demás, a sus abrazos, a eso olor que nos devuelve a aquel momento. La llegada a esa caricia, a aquella sonrisa, al caminar sin prisa. Al silencio y al vacío que nos obliga a comenzar de nuevo. Sin nada ya y con todo al mismo tiempo ...

jueves, 13 de noviembre de 2014

MI OTOÑO

El otoño es una estación de nostalgia, de sonrisas sin porque, de lágrimas redondas, de recuerdos y anhelos. El otoño es una estación de amarillos y marrones, de deseos y caricias, de abrazos apretados y sensaciones de futuro.

Siempre ha sido mi estación favorita, estos días nublados en los que tímidamente el sol saluda en algún momento, días en los que la llegada del frío se adivina, época de amigos y chimenea.

Una manta que te cubre mientras una y otra vez suena aquella canción en tus oídos y cierras los ojos y sueñas y reconoces esa palabra dicha por alguien y te embarga el deseo de bailar sin parar. Esa canción que te lleva a ese lugar cálido que tanto echas de menos. La música, tan importante en mi vida, me acompaña en estas tardes de te y cigarrillo. Y la permito ciertas licencias que no permito a nada ni a nadie más. La dejo que me traiga recuerdos y ausencias, me fundo con ella en ese querer Querer y me susurra y me mece y me recoge y me acaricia mientras yo me dejo hacer por ella sin pensar.

Mientras, mis dedos comienzan su danza sobre el teclado del ordenador, no los pongo freno, ellos toman la decisión de la letra a la que rozar y poco a poco van creando, con tanta suavidad que hasta yo me sorprendo del resultado. Leo y releo las palabras que van quedando en esta hoja en blanco y de la misma manera, poco a poco, voy necesitándote.Y escucho esos acordes de piano de esa canción que tanto me gusta y pienso en el día en el que los bailemos juntos y no sé si quiero que llegue ese momento o seguir soñando con ello.

"Anoche te escribí nuevas canciones y eso solo significa que le robé palabras a tu ausencia para tratar de seguir".

"Te quiero por que a pesar de todo me vas a seguir queriendo un poco mas". Lo se.


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