viernes, 27 de diciembre de 2013

(Poema 1)






Me gustaría subir contigo a la luna y
desde allí poder saber donde están los besos robados y que no damos
Sentir tu mano en mi espalda
Y tener claro que esta es la noche


Ha llegado el tiempo,
llegó por fin el día, el momento.
Tiembla mi mano en la tuya
mientras mi corazón no sabe latir más despacio


Y es entonces cuando me acaricias el alma
Y lloro con lágrimas celestes
Llegadas de ese cielo impenetrable
Y solo siento


Que palabra más bella, SENTIR
Hazlo conmigo, no te quedes atrás
Siente como llegamos a aquel lugar donde todo es diferente
Y nada es igual


Lleno mis pulmones de ti
Y sonrío mientras espero que tú hagas lo mismo
Vámonos, huyamos
Dejemos por el camino a ese retorno gris


No me sueltes, sigamos adelante
No dejes de acariciarme
No me sueltes, no miremos atrás


continúo sonriendo



domingo, 22 de diciembre de 2013

UN REGALO, MIS PALABRAS

Parece que en todo esto de lo que sube, baja; lo que entra, sale y lo que va, vuelve... Hay algo de verdad. Por que todo lo que subió durante casi dos décadas, cayó en a penas dos años. Por que mucho de lo que entró en mi corazón poco a poco, se lo llevó el paso del tiempo. Afortunadamente, la mayoría de las cosas que se fueron, han vuelto. Y es que todo en la vida guarda un misterio aunque no lo creamos.


No me gustan mucho las navidades, no es personal, pero le encuentro a todo esto un punto de dolor innecesario que me hace rechazar estas fechas. Ya dije en otra ocasión que no hago balance de nada ahora, sino en verano y frente a mi Atlántico. Pero parece que la mayoría de la gente, llegado este punto, se ve en la obligación de desear que se termine el año por que ha sido malo, o bien pensar que el siguiente no podrá ser mejor.

Sería bueno darnos cuenta que el paso del tiempo, somos nosotros quienes lo hacemos bonito o feo. Al final, de nosotros depende que nuestro día a día tenga un color u otro. Solo nos hace falta saber mirar, ver, descubrir las cosas que hay a nuestro alrededor, y no solo con lo que se chocan nuestras narices. Pensemos en que abrir los ojos por las mañanas ya es un premio, en que poder vernos en el espejo, es un regalo. En esa ducha que nos despierta o nos relaja y que sentimos tan cotidiano, y que es un lujo. En fin, en tantas cosas que tenemos que deberían de hacernos sonreír cada mañana, cada tarde, cada noche...


Hoy, a pocos días de terminar este año, me gustaría haceros un regalo. Y mis palabras son lo más preciado que tengo para ofreceros.


Me gustaría que siguierais acompañándome, por mi parte intentaré seguir esforzándome para hacer este espacio acogedor. Me gustaría que después de visitarme pudierais salir cada vez con una sensación diferente, con un olor diferente, que os latiera el corazón como a mi cuando escribo, que yo pudiera escuchar vuestras carcajadas otras veces, que supiera de vuestra sonrisa pícara algunas noches.


Hace unos días, le dije a alguien que para mi la felicidad es tan subjetiva, que casi nunca la deseo, así como tal. Cada uno tenemos, debemos de ir a por ella, a por la nuestra y solo nosotros sabemos cual es el camino. Por eso, prefiero desearos confianza en vosotros mismos, ganas de seguir hacia adelante pese a los obstáculos. Os deseo rayos del sol y caricias del viento. Os deseo besos, de los de verdad; que os lo den Y que los deis también. Os deseo un caminar firme, una mano cerca. Os deseo, queridos, sobre todo... Paz en vuestros corazones. ¿Y sabéis porqué? Por que TODOS lo merecemos.


jueves, 19 de diciembre de 2013

EL CAPRICHO DEL AZAR (Fantasías Sexuales-6)


Tumbado en la cama, piensa en ese aleatorio que le llevo hasta ella. No tardó en preguntarle su nombre y comenzar así a conocerla un poco más. Piensa en como juega la vida con las personas, en como el azar tantas veces se ríe de nosotros. Piensa y siente como sería su cuerpo a su lado, siente su pelo rozar su pecho y escucha su voz. Esa voz que aquella tarde de invierno le dijo: ¿Hola, como estás? Aquella tarde en la que el capricho fue de él y no de ese azar maravilloso tantas veces.

Cuando ella entró en el coche, su olor le transportó a un lugar cálido, dulce y magnánimo. Se dejó acariciar por sus ojos y al besar sus mejillas quiso parar el tiempo en ese instante y disfrutarlo una y otra vez.

Quería mirarla sin cesar, contemplar a aquella mujer a la que tantas veces había deseado tener enfrente, aquella mujer que había hecho que más de una noche él se durmiera con una sonrisa en sus labios.

-
¿Dónde vamos? Preguntó ella con un gesto mezcla de rubor y deseo
-
Es una sorpresa, creo que te gustará. Le contestó él, con la impaciencia de un adolescente por dar ese beso.
-
Me gustan las sorpresas




Arrancó el coche como lo hizo la primera vez, con su corazón palpitando y su mano firme y segura.
Y ese silencio incómodo del primer momento, duró a penas un minuto. En seguida se pusieron a hablar, de todas aquellas cosas que se habían escrito y ahora repetían como si fuera una novedad. Se conocían más de lo que pensaban, pero todo era diferente ahora que se miraban a los ojos por primera vez.


 
Era excitante parar en los semáforos, mirarse y arder en deseos de besarse, de tocarse… Pero en ese corto tiempo del rojo al verde, tan solo rozar sus manos podían.

-
Hemos llegado, no digas nada todavía
-
Es bonito, eso si puedo decirlo ¿verdad?
 
Estaba tan cerca de alcanzar todo aquello que había imaginado… Tan cerca de poder quitarle la ropa con la delicadeza de un soplo de aire, tan cerca de descubrir la suavidad de todos sus rincones, de rozar sus hombros con sus labios. Estaba tan cerca del paraiso soñado…

Ya en el ascensor, no pudo más y agarrándola con esa firmeza del que sabe lo que quiere, la besó. Apenas podía meter la tarjeta de la habitación y se encendió la luz verde, se abrió la puerta y ya no pudo frenar su deseo. Ella, con una ligera patada cerró esa puerta dejando atrás las palabras, las sonrisas y los besos robados.

No había tiempo de llegar a la cama y contra la pared mientras quitaba el cinturón de su vestido comenzó a besarla; el cuello, los hombros, la boca… Ella, sin dejar de mirarle le desabrochaba los botones de la camisa. Le sonreía con sus ojos, esos ojos oscuros y penetrantes, le sonreía con su boca, esa boca de labios rosas hábiles en verbo, verso y besos.

Su imaginación le había llevado tantas veces a ese momento, ese deseo ahogado en el silencio de tantas noches gritaba ahora sin pudor. Repetía su nombre una y otra vez mientras ella se deshacía en gemidos de placer.
 



Esa noche no fue como otras, esa noche por fin pudo encontrarse frente a frente con todas sus fantasías y hacerlas por fin, realidad.




jueves, 12 de diciembre de 2013

EN EL MUSEO (Fantasías Sexuales-5)


Me he despertado temprano, tampoco es ninguna novedad. El día está gris, para quedarse en casa calentita bajo el edredón. Pero hoy a mi me apetece salir, me siento descansada y animosa. Me levanto, me preparo el té de los fines de semana y entro a mirar en Internet donde ir.

Mirando museos, veo El Prado y pienso que hace mucho, mucho, demasiado tiempo que no voy. Siempre hay tanta gente… Me apetece El Prado.

Llego y todavía no han abierto pero ya hay gente esperando, no mucha, unas quince personas. Subo el cuello de mi abrigo y meto mis manos en los bolsillos. Hace frío.

La gente empieza a moverse y por fin entramos. Me desabrocho y guardo mi pañuelo. Que gusto, que bien se está! Pienso.

¿Por dónde empezar? Hace tanto, que estoy perdida. No tengo prisa, nada concreto, me da lo mismo, donde mis pies me lleven. ¿Y qué más da? Estoy aquí por placer, puro placer. Que lujo, que bien…

Después de un par de horas de calidez pictórica, entro en la sala de El Bosco; y ahí está, uno de mis cuadros preferidos; El jardín de la delicias. Sonrío, me acerco como cuando encuentras a un amigo especial después de un montón de tiempo. Paso firme, cuerpo relajado, leve contoneo de caderas.

Ensimismada con el cuadro, con el panel izquierdo, con la tibieza del mensaje, con la insinuación de esa fuente. Oigo tu voz cerca, muy cerca. Detrás justo de mi siento tu presencia. Me voy a girar y tú me dices que no lo haga. No lo hago. Me pides que siga mirando el cuadro. Tu boca está tan cerca de mi oído que tus palabras hacen moverse mi pelo.

-
¿Te gusta el cuadro? me preguntas
-
Si. Te digo con un hilo de voz, moviendo mi cabeza y con el corazón a mil
-
A mi también, me susurras.
-
Me gusta ese caos sin definir. ¿Y a ti? Te pregunto
-
¿A mi? Me gustas tú contemplándolo


Noto como mi respiración se ha acelerado, como mi cuello quiere inclinarse levemente para sentir mejor tu aliento.

-
 Una hora cerca y no te has dado cuenta. ¿O si?
-
¿Llevas una hora siguiéndome? No, no me he dado cuenta
-
¿Estás excitada? me preguntas sonriendo
-
Mucho. Te contesto con un suspiro, cerrando los ojos.
-
¿Y ahora, que te apetecería?

Me preguntas que me apetecería y solo puedo sonreír, morderme el labio inferior y decirte que quiero entrar en el cuadro, quiero ser una delicia más como los protagonistas del lienzo, quiero gozar como ellos con la naturalidad con que todos lo están haciendo. Te digo que en este momento moriría por que la sala se quedara vacía, por que me quitaras el abrigo, dejaras caer mi camisa, retiraras mi pelo y me besaras en el cuello. Me apetecería sentir tus manos en mis pechos, tu cuerpo pegado al mío. Que lo que más quiero es empezar a escuchar Orfeo y Euridice y dejarme llevar con los ojos cerrados por la música y tu voz. Sentir como me acaricias los hombros con tus labios y la humedad de tu lengua en mi espalda.


Tus manos, tu boca; dibujan mi cuerpo y ese jardín se convierte, en nuestro jardín.

"El Jardin De Las Delicias (Tríptico completo)."


 

jueves, 5 de diciembre de 2013

SABÍA LO QUE QUERÍA (Fantasías Sexuales-4)


Después de algunos meses, me invitó a su casa. Estaría su madre, no importaba, no era la primera vez que conocía a la madre de una de mis novias. Nunca se me dieron mal, y no es falta de modestia. Soy el novio que toda madre quisiera para su hija.


Pero esta vez no iba a ser igual que el resto. Me cautivó sin conocerla solamente con ver como estaba decorada la casa. Espacios abiertos, tonos cálidos, minimalista decoración, exquisita. No había llegado todavía, una urgencia en el hospital era la causa del retraso. Curioseando vi una foto madre e hija. Joder, pensé! Que guapa!

Entonces se abrió la puerta de la calle y no sé muy bien porque pero sentí como se aceleraba mi corazón, estaba nervioso, yo!! Y es que iba a conocer a esa mujer que me tenía deslumbrado. Hola, dijo al entrar al salón con gesto cansado y algo de indiferencia. Hola mamá, contestó mi novia. Este es Luis. Se acercó a mi sin casi mirarme y me dio dos besos tan cerca, que por un momento sentí el roce de sus labios en los míos. Me gustó, mucho, demasiado. Entró en el despacho y esa tarde ya no la volví a ver.


Desde aquel día, el recuerdo de esa mujer empezó a ocupar muchos minutos de mi tiempo. Una y otra vez sentía su olor y cerraba los ojos dejando que sus labios volvieran a rozar los míos. Me excitaba, si. Deseaba a la madre de mi novia. No me sentía culpable, quizá extrañado, nunca había sentido eso por una mujer mayor que yo. Aquella fue la primera vez, pero ya no sería la última.


El deseo me dio el coraje para llamar aquella tarde a la puerta de su casa. Sabía que mi novia estaba en clase y que su madre libraba aquella semana. Sabía que su marido estaba de viaje. Sabía lo que quería.

Al verme se mostró extrañada, pero nada incómoda.

-
Pasa Luis, qué tal? Me dijo sonriendo.
-
Bien Elena, gracias. Y tú? Contesté educadamente.
-
Siéntate. Quieres un té?
-
Si, gracias.

No me gustaba el te, pero en aquel momento hubiera dicho que si a cualquier cosa que ella me hubiera ofrecido. Su pelo recogido en una pequeña coleta, sus ojos, la intensidad de su mirada… Cada segundo el deseo iba en aumento. Llevaba puesto un jersey de punto largoe iba descalza. Me parecía igual de sexy cuando descruzaba y cruzaba sus piernas de nuevo que si hubiera llevado un vestido corto.

-
Y dime, Luis. Que te trae por aquí?
-
Si, ayer me dejé un libro en la habitación de Laura.

Se levantó del sillón, dejando las gafas sobre el libro que estaba leyendo. Se acercó a mi sonriendo… Fuimos hasta la habitación, al entrar, se agachó para recoger una toalla que mi novia había dejado tirada en el suelo y yo pensé que mi vida terminaba en ese instante... Empezamos a buscar el libro sin éxito. Estaba mirando distraída sobre la mesa del ordenador, al darse la vuelta la cogi por la cintura y la besé con todo mi deseo. Si me iba a soltar un guantazo, al menos me llevaría el beso. No hubo guantazo y mi beso fue húmedamente correspondido. Nuestras respiraciones empezaron a agitarse, en algún momento mi camisa cayó al suelo y caímos sobre la cama. Ella quitó de debajo de su espalda aquel elefante de peluche que yo le había regalado a su hija las navidades pasadas.Deshice la pequeña coleta y su pelo alborotado cubrió parte de su cara. Cada gesto, cada mirada suya, su respiración, su cuerpo ya casi desnudo… Recorrimos nuestros cuerpos una y otra vez, hasta la extenuación. Nuestras bocas volaron de un lugar a otro sin cesar. Cada poro de mi piel era deseo…


Sonó el teléfono. Un mensaje de Laura. No había ido a la última clase, estaba llegando a su casa y desde allí me llamaría





martes, 3 de diciembre de 2013

ME PIDO ...


Queridos Reyes Magos…

Antes de nada, quiero deciros que tengo un golpe republicano; más que nada por si os enteráis por otro lado, y claro,entendería que os sentara mal.

No vayáis a pensar… estoy nerviosa, se amontonan los deseos y me resulta difícil empezar a pedir. Que momento, el de pedir! Voy a intentar concentrarme.



Lo primero de todo y más importante;pido seguir teniendo el amor de mi hijo. Su sonrisa, sus rabietas que no me falten, su fantástico sentido del humor, su necesidad de darme un beso cuando me ve triste, su entusiasmo por las cosas, su pelo rizado y su mirada noble y limpia.


Luego me gustaría que me trajerais un libro de ayuda de esos… para entender mejor a los hombres. Ya os estoy viendo la cara… Joder, esforzaros un poco que sois magos, lo malo es que también sois hombres. Pero seguro que algo encontrareis por ahí. Algo con pocas páginas, que vaya al grano, pin pan pun. Noooo, de sexo no. Cuando escribo quealgo conciso, breve, pin pan pun y hombres no siempre hay que referirse al sexo. ¿O si?


A mis amigos traedlos muchos ratos de colores, momentos de música en el alma y un sin fin de besos en el aire.


Os pido que la vida me siga llenando de recuerdos, os pido que mi corazón sienta la calma de los años, ser capaz de escuchar la luz y que las palabras me cieguen.


Queridos Magos, resumiendo. Os pido seguir teniendo intacta la capacidad de amar.



jueves, 28 de noviembre de 2013

EN EL COCHE (Fantasías Sexuales-3)






Hoy es martes, y como todas las semanas cojo el coche cuando salgo de trabajar y me voy a Carrefour para hacer la compra. No sé cuando decidí que fueran los martes, pero me gustan. No hay tanta gente y por lo tanto mucho sitio en el aparcamiento.


Dejo el coche al sol, hace frío y luego agradeceré ese calorcito a través de los cristales. Hoy no tengo muchas ganas de comprar, siempre es lo mismo, la leche, los yogures, el fiambre, los croissants, algo de fruta y lo necesario para las ensaladas Veo el chocolate con almendras y no puedo resistirme, merezco darme un capricho y me lo voy a dar.



Salgo con el carro que he cogido hoy yque no deja de irse hacia la derecha, que pelea! Vaya, con todo el sitio que hay y justo han aparcado pegado a mi coche! Voy llegando con el ceño fruncido.Escucho música. Me gusta, tiene ritmo y es calida. No puedo ver quien hay dentro, los cristales están tintados. Parece que se ha quedado demasiado pegado y no puedo abrir la puerta. El cristal oscuro del copiloto baja y entonces me pides disculpas arrancando el motor y moviendo tu coche.


Y sin darme cuenta entre esas disculpas, la calidez de la música, tu voz y tu sonrisa, estoy en el asiento trasero. Me pregunto que hago ahí, no te conozco, yo venía ha hacer la compra. Tus manos vagan por mi cuerpo sin destino. Esto debe de ser como el chocolate con almendras, pienso durante un suspiro interminable. Un capricho pienso, como tu boca en ese instante. Y me lo voy a dar, me digo convencida mientras jadeo con una amplia sonrisa y veo como la mujer del coche de al lado guarda su compra en el maletero mientras se le caen las llaves y se le engancha el bolso…

sábado, 23 de noviembre de 2013

LA OTRA MIRADA


Ayer tuve que ir al tanatorio, murió el padre de una amiga mía. No frunzáis el ceño, hablar de la muerte es hablar de la vida.


Tardé muchos años en ir a un tanatorio y a un cementerio. Tardé mucho tiempo en darme cuenta de la diferencia de un sitio a otro. Me costó llegar a ese punto en el que descubres que la muerte produce una metamorfosis en las personas.


No me gusta estar mucho tiempo en los tanatorios. Llego, doy un beso y espero a sentir que la otra persona deje de necesitar mi presencia. Por que es entonces cuando la gente saluda a otra gente y hablan de sus cosas y luego se despiden diciendo aquello de “ …a ver si la próxima vez nos encontramos en una boda… “ . Y esto a mi me produce un poco de rechazo, la verdad.

Los cementerios son otra cosa. Y es ese el momento real de la despedida, el más duro, el que debe de ser más íntimo. Y entonces porqué se empeñan todos en hacer lo posible para estar allí? No, no me digáis que es por acompañar, la mayoría de las veces es algo social y morboso.


Pero yo no quiero escribir hoy sobre esta cara de la muerte, me gustaría reflexionar con vosotros sobre otra parte. Más amable, más real, auténtica e intensa.


Yo quiero mucho a mi amiga, mucho. Pero estos días en los que su padre ha estado hospitalizado, la he querido más. He estado más pendiente de ella; y eso que trabajamos en la misma empresa y todos los días desayunamos juntas. Pero mi pensamiento ha estado con ella más tiempo. Le he mandado mensajes con montones de besos y hasta una foto con dos niñas; una rubia (ella) y otra morena (yo) dándose un abrazo gigante… ¿Veis por donde quiero ir?

Nunca nos habíamos dado los abrazos que nos dimos ayer, y son ya unos 15 años los que llevamos caminando. Nunca antes habíamos cogido nuestras caras dejando a penas un centímetro entre ellas y nos habíamos mirado a los ojos diciendo te quiero, entre lágrimas y mocos. Ese te quiero inmenso… Ese te quiero del alma… Ese te quiero infinito…


Y es que queridos… Al final, la muerte, la pérdida, nos deja desnudos, no hay pudor, no existen límites y hace que saquemos esos sentimientos que de otra manera seguirían ahí, sentimientos profundos, reales y puros. Es una de las pocas expresiones del AMOR. ¿Os dais cuenta?


Hoy sigo queriendo a mi amiga igual, pero se lo he dicho, aunque ella lo supiera, aunque yo lo sepa… Se lo he dicho…

jueves, 21 de noviembre de 2013

EN EL DESPACHO (Fantasías Sexuales-2)


¿Te vienes a la biblioteca? Pregunta mi compañero. Y que más da, pienso. Yo me voy a la biblioteca, al bar, al metro, a mi casa, a la suya… Pero donde me gustaría ir de verdad es a su despacho. Las clases con ella me ponen malo.


Voy andando sin rumbo y solo soy capaz de recordar como se pone y se quita las gafas cuando tiene algo que leer, como aprieta el nudo de su coleta y como estira su falda.

Me ha mirado, hoy me ha mirado si. He notado la calidez de sus ojos. Era a mí, estoy seguro. No puedo, no dejo de pensar en ese despacho, en esa mesa cubierta de libros y papeles y que tanto me gustaría tirar al suelo, como en las películas.

Voy por el pasillo y huele a ella. Mis ojos la buscan moviéndose sin cesar, al igual que otra parte de mi cuerpo.


Me paro frente a la puerta; quiero abrirla, deseo abrirla y encontrarla. Está cogiendo un libro de la estantería, se vuelve con rapidez, lo que hace que su pelo recogido cambie de lado bruscamente. Entro, en silencio y cierro la puerta, solo la miro. Su boca, sus labios pintados… Ardo en deseos de besarla. Me acerco, la miro, me acerco más. Mis manos no obedecen a mi cerebro y mi boca solo encuentra un destino.


Acaricio su espalda lentamente mientrascoloco mi mano en su nuca. La beso, la beso con toda la intensidad que tenía guardada para ella. Y entonces ya no hay retorno. Ella, en silencio, solo me mira, sonríe, su mirada me lo está diciendo todo. La deseo, me desea. Como en las películas… Esa mesa…


Eh, tío ¿te vienes o no? dice mi compañero. Al bar a por patatas fritas, ahí me voy! Contesto.


Gracias a ti por compartir tu fantasía y

Gracias a él por ayudarme con los matices…

jueves, 14 de noviembre de 2013

EN LA OSCURIDAD (Fantasías Sexuales-1)


El viaje ha sido largo, demasiadas horas de avión aunque sea sentada en un confortable sillón con mullido respaldo y aunque esta vez el sushi ha sido algo mejor que otras veces.


Llego al hotel, al de siempre. Me sonríe el botones, como siempre y como siempre también, me mira el culo el recepcionista.


Mi habitación, luminosa, encendida la luz del baño, el vino sobre la mesa y dos copas. Siempre pido dos copas.


Me quito los zapatos, demasiado altos, me gustan, los tacones, ¿y a ti?

Dejo que mi falda caiga lentamente al suelo, lo mejor de los hoteles es que no tienes que recoger nada, nada hay que colgar ni guardar en los armarios. Como quede, como caiga.

Me quito las medias y al agacharme un pequeño mechón de pelo queda atrapado en la comisura de mis labios, lo retiro con el dedo pequeño de mi mano izquierdaLa pinza, en el pelo. A la ducha.

Me seco y me como el sándwich, apago la luz y me acuesto.

El cansancio y el aburrimiento hacen que llegue el sueño poco a poco. Escucho un ruido, seco, parece la puerta. No puedo abrir los ojos, estoy en ese limbo tan placentero, ese que tanto me agrada. Habrá sido otra cosa, no puede ser la puerta. Coloco la almohada, estiro mi cuerpo, desnudo, dentro de esas sábanas de algodón, tan blancas… Siento una mano en uno de mis pechos. Mis ojos siguen sin poder abrirse, mi corazón late rápidamente. Mi cuerpo está retorciéndose, mi pecho se eleva y se encogen mis piernas. Me gusta el roce de tu mano en todo mi cuerpo. Mi respiración se acelera lentamente.

No sé quien es, solo puedo adivinarle y sentirle. Su olor, me excita. Su respiración incita a la mía a seguir el ritmo que marca su cuerpo. No quiero abrir los ojos. Me hablan sus caricias y me acarician sus besos. Y mi cuerpo a la deriva, en ese mar donde el oleaje baila conmigo y yo me dejo llevar con el ardiente deseo de que llegue la siguiente ola…


Buen viaje de vuelta me dice el recepcionista echando el último vistazo a mi culo. Me despide la sonrisa del botones, la de siempre.







martes, 12 de noviembre de 2013

ESTÁ EN MI SONRISA


Aquí estoy de nuevo, ya os dije que volvería. Soy Sephora y soy congoleña, os acordáis? Mi tía ya os habló de mí hace unos meses. Y es que esta noche, ella, mi tía, ha soñado conmigo. Mola mucho cuando lo hace, podemos hablar en francés y en español y jugamos al pilla-pilla y yo le cuento lo que hago aquí, en Kinshasa, mi ciudad. Y ella me dice lo bien que mi primo juega al fútbol allí en Madrid, la ciudad de ellos. Me gusta mucho que ella, mi tía, me sueñe.




Esta noche la he encontrado un poco triste, por eso la he abrazado más que ninguna otra noche y le ha dado tantos besos que al final nos hemos reído mucho por que le dolía la cara, a ella, a mi tía. ¿Os he dicho que se llama Ana y que la quiero mucho? Ella siempre se preocupa por nosotros, pero no solo por nosotros, la familia; sino por todos los congoleños que vivimos aquí en Kinshasa, mi ciudad. Bueno y en todo el país… Por eso a veces le duele la cabeza, por que mi país, la República Democrática del Congo es muy grande y somos un montón de gente y claro, si se preocupa por todos… Y es que es muy buena. Ella dice que no, pero yo os digo que si




Sabéis que Sephora es mi sobrina, esto es que lo que ella os diría desde su inocencia, desde la sencillez de pensamiento de una niña, desde un corazón grande y limpio. Sephora es una de esas esperanzas que llevo días diciendo que existen. Es una de esas posibilidades que tiene África de seguir hacia delante de manera hermosa. Sephora es congoleña y lo dice con orgullo, con el que le toca a pesar de las circunstancias por la que su país, la República Democrática del Congo atraviesa. Ella quiere que su tía, yo, siga soñando con ella muchas noches, quiere seguir hablando conmigo en francés y en español, quiere que su primo sea un futbolista famoso y poder presumir en su colegio. Sephora, mi sobrina, se merece poder hacer esto y mucho más. Por que como cualquier niño tiene el derecho a soñar, a luchar por que esos sueños se cumplan, a querer tener una vida, ni mejor ni peor que otras, una vida digna sin más.



Y yo, desde este acogedor rincón que para mi es este blog, una y otra vez os hablaré de ella, de su país, de su continente. Seré todo lo pesada que pueda hasta que todos vosotros os acordéis de ella cuando paseando por la Gran Vía de Madrid os paréis delante de la tienda de cosmética que se llama igualque ella, y sonriáis. Seguiré insistiendo hasta que cuando leías en el periódico Congo, sonriáis. Hasta que estas navidades veáis en algún puesto el relieve de África en algún collar, y sonriáis. Por que en una sonrisa, siempre hay esperanzaNO ME RENDIRÉ NUNCA, y os aseguro queridos,que soy mujer de palabra. : )

jueves, 7 de noviembre de 2013

7 DE NOVIEMBRE 1913, CAMUS


Hoy, en el centenario de su nacimiento, un regalo de él.


                        Retorno a Tipasa 
                           Albert Camus

                                                       

mediodía, sobre las laderas medio arenosas y cubiertas por heliotropos como por una espuma que hubieran dejado al re tirarse las olas furiosas de los últimos días, miraba el mar, que a esa hora se agitaba apenas con un movimiento fatigado, y calmaba esa doble sed que no se puede engañar mucho tiempo sin que el ser se seque, quiero decir amar y admirar. En no ser amado sólo hay mala suerte: en no amar hay desgracia. Hoy en día todos morimos de esa desgracia. Porque la sangre, los odios, descarnan el corazón; la prolongada reivindicación de la justicia agota el amor que, sin embargo, la hizo nacer. En el clamor en que vivimos, el amor es imposible y la justicia no basta. Por eso Europa odia el día y no sabe más que oponer injusticia a la injusticia. Pero para impedir que la justicia, hermoso fruto naranja que no contiene más que una pulpa amarga y seca, se agoste, volvía a descubrir en Tipasa que había que guardar intactas dentro de uno mismo una frescura y una fuente de alegría; amar el día que escapa a la injusticia y volver al combate con esa luz conquistada. Volvía a encontrar allí la antigua belleza, un cielo joven, y ponderaba mi suerte, comprendiendo por fin que en los peores años de nuestra locura el recuerdo de este cielo no me había abandonado nunca. Era él quien, para concluir, me había impedido perder la esperanza. Yo había sabido siempre que las ruinas de Tipasa eran más jóvenes que nuestras obras en construcción o nuestros escombros. El mundo empezaba allí cada día con una luz siempre nueva. «¡Oh, luz!», ése es el grito de todos los personajes enfrentados, en el drama antiguo, a su destino. Ese último recurso era también el nuestro y ahora yo lo sabía. En mitad del invierno aprendía por fin que había en mí un verano invencible.


Albert Camus, «Retorno a Tipasa», El verano (1953).




domingo, 3 de noviembre de 2013

FALSOS PUDORES Y FANTASÍAS SEXUALES

Hoy no me distraigo, hoy escribo sobre sexo ...

Me he propuesto escribir un libro, pequeño, que conste, sobre las fantasías sexuales de la gente. Pero claro, para eso me las tienen que contar y no se por que en general somos tan pesados con este tema. Algunos me dicen que eso forma parte de la intimidad... Que no hombre!! Eso se comparte que de todo se aprende!! Lo que forma parte de la intimidad es el amor!!

Conozco a un montón de tías que se han leído las sombras del tipo ese y cuando les pregunto por lo que más les ha gustado se ríen y no me contestan... Así no escribo yo el libro ni pequeño ni grande.

Si ese pudor lo sintiéramos por otras cosas... Yo siento pudor al preguntarle a una madre por la enfermedad de su hijo. Siento pudor al compartir una historia de maltrato. Siento pudor al mirar a los ojos a esa mujer que esta cogiendo comida del cubo de la basura...

Pero decir que me gustaría echar un polvo contigo en el baño del cine mientras los demás ven la película o decir lo mucho que me pone pensar en masturbarnos en cualquier sitio público... Esto no me da pudor... Me divierte, me hace sentirme sana, natural y libre.

Anda... Cuéntame una de tus fantasías sexuales!!

Os dejo que están a punto de salir los monjes del Monasterio a cantar gregoriano. Buff, no os digo nadaaaa ; )

jueves, 24 de octubre de 2013

LO QUE DE VERDAD ME IMPORTA




No he visto ninguna película de Harry Potter, tampoco he leído ningún libro. No he visto Titanic ni Salvar al soldado Ryan. Estuve por ir al cine cuando ya estaban a punto de quitar Avatar y tampoco lo hice. No he leído las 50 sombras de Grey, ni pienso… Pues no hay maneras de divertirse…


Lo sé, esta manía mía hace que me pierda cosas realmente interesantes. Lo que ocurre es que quizá, solo quizá, lo “realmente”, me dejó de importar hace mucho.


A veces pienso que nací a destiempo. Recuerdo hace años, en el ágora (me encanta esta palabra) de la facultad, estaba sentada con una amiga, compartiendo reflexiones. Estábamos de acuerdo en que no nos sentíamos del todo integradas en el tiempo en el que nos estaba tocando vivir y llegamos a la conclusión de que éramos un apéndice de una generación anterior. Bueno, quizá el hachis tuvo algo que ver con esta conclusión. Seguramente las clases con García Calvo también…


Y no sé a que venía todo esto, por que yo hoy iba a escribir sobre sexo.


Con 13 años empecé a escribir. Cuando tenía 16, leí Summerhill y tuve clara la importancia de la educación que se le debía de dar a un hijo. Con 17, mi objetivo era ser funcionaria y a los 21 hice la maleta para marcharme a Moscú.Y lo hice, pero regresé. El llanto de mi madre pidiéndome que no me quedara fue más fuerte que mis tremendas ganas de vivir el momento.


Después de aquella vez con mi amiga, ha habido muchas otras veces en las que he vuelto a pensar que no estoy en mi sitio. Tantas como veces pienso en las cosas magnificas que no me hubieran pasado de haber estado en otra parte.

Seguramente todo forme parte de ese mundo de sueños en el que todos nos movemos sin distinguir a veces lo que pertenece a este o lo que pertenece a esa realidad de nuestro día a día.


al final queridos, sigo pensando que lorealmente, sigue sin importarme demasiado. Me gusta dejarme embaucar por la naturalidad, me dejo seducir por la inteligencia, le sonrío al reto, no pongo freno al latido de mi corazón por una caricia, me gusta sumergirme en unos ojos, siempre busco lo diferente; por quea mi, eso es lo que de verdad mi importa.

lunes, 21 de octubre de 2013

MIRAR CON EL CORAZÓN (Parte 3)




Es ya de noche y sigo sentada en las escaleras de la iglesia, la mirada continua perdida en el horizonte y tirito. Me levanto y bajo lentamente los cinco escalones que me separan del camino. Ese camino que comienza en el corazón, ha parado tantas veces en el alma y al que todavía no le he encontrado el final.


Y comienzo a descender la pendiente que me lleva hasta mi casa, pero primero abro la portezuela de la escuela a mi derecha, entro y sonrío. Recuerdos de voces y risas, de juegos, del roce del sol en nosotros. Secretos, fuimos cómplices, amigos.


Llevo aquí ya dos semanas y siento que el tiempo no pasa. Escribo, leo, paseo, pienso y recuerdo. ¿Y que más pedir? No, no me hace falta, aprendí a convivir con la soledad y no es tan mala compañera. No me hace falta, ya no.


Abro la puerta, las dos; la de arriba y el portón de abajo. Agacho la cabeza, los techos son los originales, demasiado bajos. Entro en el salón y enciendo la chimenea, pongo música y sonrío. En estas dos semanas no he dejado de hacerlo, me resulta placentero el sentimiento que me produce estar aquí. Una copa de vino, frío; Ribera del Duero, de la tierra. Enciendo el ordenador, respiro hondo y de pronto mis ojos se llenan de lágrimas. Mi corazón late con la celeridad del que quiere huir, del que se siente prisionero y necesita gritar. Es el momento, coloco mis dedos sobre el teclado y les dejo que sean ellos los protagonistas de este instante.


“ … Te quise tanto… A mi manera, con todo por delante, sin zonas oscuras, sin condiciones, sin reparos ni vergüenzas. No sé querer de otra manera. Te mostré mis miserias sin pudor, te hice partícipe de mis sueños con ilusión, te amé, te amé con la intensidad que produce la falta de aire en los pulmones y en la cabeza. Aprendí que no recibir lo mismo que tú das o de la misma manera, no es malo. Que no debe de ser reprochable, que yo pongo lo que quiero y debo de aceptar aquello que recibo con esa misma pasión. Fui consciente del tiempo, del que tiene colores, del nublado, del tiempo que pasa fugaz, del eterno, del que se resiste a pasar. Del tiempo de compartir, del tiempo de cansancio, de ese tiempo implacable y delicioso. Me enamoré del sentir, de un segundo de gozo, de aquel sonido, de tu mirada, de tu voz, de tus brazos, de tu amor… Te quise tanto…”

Miro el reloj, son cerca de las tres de la madrugada. La botella está vacía y mi alma llena. Antonio nunca leerá esto, nunca leyó nada, pero sé que me amó.

Me quedé dormida en el sofá, la chimenea se fue poco a poco apagando y me despertó el frío del amanecer. Eso me recordaba a tantas mañanas en Santiago, cuando los cortes de electricidad nos helaba además del cuerpo, el corazón.

lunes, 14 de octubre de 2013

ESPAÑA, PAÍS DE CATETOS


Lo tengo claro, España es un país de catetos. Y no solo por que nos estén tomando el pelo desde todos los poderes durante mucho tiempo y aquí nadie dice ni hace nada y menos si es la hora del Sálvame diario, Sálvame De Luxe, Quien quiere casarse con mi hijo, Hombres mujeres viceversa y su p…a madre. Sino por que la ignorancia de bienvenido mister Marshall, es inagotable.


Estoy “jarrtiitaa” del discurso y la polémica absurda y paletoide con los catalanes. Que cada uno se sienta de donde le salga de las narices; y a mí que mas me da. Hasta el mismísimo… moño del complejo que tenemos con todo lo que suene anglosajón joder, que si nos hablan en inglés se nos caen las bragas. Hasta la peineta de los listos y listas que hablan creyéndose Aristóteles y solo repiten lo que han escuchado en la fila del Mercadona a un tipo con traje, pensando que seguro trabaja en un banco y sabe, sabe lo que dice… Anda yaaa!!!


Ayyy, mátame camión (esto me gusta y lo digo ahora por que quiero)!!


Me enfado y cuando me enfado lo hago mucho, por que no enfado a menudo.Pero claro, luego nada importa que haya gente cogiendo comida de los cubos de basura, donde esté criticar a un catalán. Da igual que los políticos nos roben y se descojonen de nosotros en nuestra cara; donde esté ver como llora la gente en la tele. Da igual que haya gente bien jodida en Bangladesh por ejemplo, después de los derrumbes de las fábricas donde se hacían nuestros pantalones; mientras no sepamos donde está eso. O a lo peor, ni que es Bangladesh…


Hace poco, en mi trabajo les dije a mis compañeros que estaba colaborando con una ONG recogiendo material escolar para mandar a un país africano. Una persona me preguntó por lo que quería concretamente. Pues material escolar, le contesté. Cuadernos, lápices, pinturas, bolígrafos… Y me dijo, “¿pero, los bolígrafos tienen que pintar?”


Y ahora, que el camión vuelva a pasar por favor…



viernes, 11 de octubre de 2013

¿QUÉ HACER CON NUESTRAS MISERIAS?


¿Qué hacer cuando una miseria sube del infierno y se planta frente a ti? Siempre poderosas, desafiantes, hirientes, con ese gesto que produce terror.


Las miserias son todas aquellas cosas que durante nuestra vida no hemos sido capaces de afrontar, todo aquello que hemos ido desterrando, sacando de nuestro camino y de nuestro pensamiento. Y llega un día, sin esperarlo, en el que alguna aparece y te reprocha y ataca con la furia reprimida del olvido en el que ha estado tanto tiempo. Y entonces tiemblas y todo se tambalea y dudas y no sabes como salir de ese laberinto en el que todo da muchas vueltas y solo quieres llorar.Esperas que después de secarte las lágrimas haya desaparecido, pero no es así. Ahí sigue, disfrutando de tu sufrimiento, es su momento.


Todos las tenemos queridos, la diferencia es que unos somos conscientes de ello y otros no tanto. Unos las miramos cara a cara y otros no pueden. Unos las dejamos tener su momento y otros continúan huyendo de ellas hasta el infinito.


Tengo frente a mí a una de ellas. Es poderosa, la más poderosa que tengo creo, y os aseguro que está disfrutandoEl dolor que me produce es tan grande que hay momentos en los que me falta el aire. Pero la voy a dejar, no quiero que se marche, quiero que desaparezca o al menos se haga mucho más pequeña. Ha llegado el momento de enfrentarla. Pero esta vez no será como otras, no lo haré sola. Seguiré compartiendo con vosotros, esta vez dejaré que me acompañéis. Ya la siento un poco más pequeña


Y siento que este es el momento en el que mis dedos van solos, ese momento en el que no escribo, vomito palabras. En el que no pienso, solo siento. Y por eso lo que os cuento a veces os emociona, por que sentís conmigo y yo me siento feliz por ello por que es lo que quiero, compartir sentimientos. Tarea nada fácil y menos aún en este mundo en el que vivimos. Pero queridos, si no queréis que vuestra miseria se haga enorme y poderosa, no seáis siempre los que abracéis, pedid un abrazo.


Si no es contigo, será contigo o contigo o con todos, pero esta vez no quiero hacerlo sola… : )

miércoles, 9 de octubre de 2013

CUANDO NO EXISTE EL CONSUELO




Cómo consolar a ese niño que se cae por primera vez de su bici y que le duele más el susto que la herida en la rodilla. Cómo consolar a ese hombre al que ya le cuesta trabajo orinar y siente la impotencia en todos los miembros de su cuerpo. Cómo consolar a esa mujer a la que le pesan ya tanto los años que no se explica como no tiene ganas ni de salir a la puerta de la calle… Con lo que ella ha sido!


Y cómo consuelo yo queridos, a mi amiga, mi hermana. Cómo le digo que tiene que volver a ser fuerte cuando nunca ha dejado de serlo. Cómo le digo que hay que ir día a día cuando nunca ha dejado de hacerlo. Cómo le digo que nunca se sabe, que lo principal es saber lo que hay. Que no piense que va a ser como la otra vez… ¿Cómo?


No sé, coño, no sé como. Palabras, sólo palabras que pierden el sentido cuando la historia se repite. Y es que hay personas cuya capacidad de sufrimiento está por encima de la media.


Lo que si sé es te quiero hasta el infinito y vuelta amiga. Que las circunstancias de la vida, benditas ellas esta vez, han hecho que estemos más cerca en esa distancia que en realidad nunca ha existido. Lo que si sé es que estoy contigo con todo mi alma, como siempre.


viernes, 4 de octubre de 2013

MIRAR CON EL CORAZÓN (PARTE 2)


Recuerdo cuando se llevaron a Dora. No solo vivíamos en la misma calle, tambiénen el mismo rayo de arco iris. Dora tenía 22 años y una vida difícil por delante, pero también muchas ganas de vivirla. No era muy alta, pelo largo y negro, piel morena y unos ojos oscuros que siempre te decían que la abrazases. Vivía en una casa pequeña, para ella y su gato era suficiente decía. Su jardincito era un pequeño oasis donde más de un vecino íbamos algunas tardes a llenar nuestros corazones de vida.


Dora era nuestro sol, era mi amiga. Y se la llevaron. Cómo hicieron con tantos amigos, con tantos vecinos y conocidos. Pero de eso no quiero hablar por que todos sabéis lo que pasó. El corazón se encoje con esos recuerdos y los que quiero compartir con vosotros son los que me hacen sonreír.


Chile siempre se me antojó diferente, hasta geográficamente es diferente. Conocí a Antonio una mañana en la FNAC, mientras intentaba sacar unas entradas para un concierto de música africana. Un chico muy amable me insistía en que ahí no vendían las entradas de ese concierto, mientras yo le aseguraba que si. Y detrás de mi un hombre alto y con ojos claros resoplaba con impaciencia. Y yo que culpa tenía? Al final, con un manotazo me quitó de en medio y pidió la presencia de un responsable. Me pareció un tío tosco y poco amable. No lo había hecho porintentar ayudar sino por hartura. Fruncí el ceño y le hice saber que podía arreglármelas sola.


Siempre he podido arreglármelas sola, siempre, demasiadas veces. Hubo tantas ocasiones en las que me hubiera gustado no haberlo hecho… En las que hubiera dado todo por ser un poquito dependiente. Ni él ni yo supimos.


No quiero que penséis que os voy a contar una historia de amor, no quiero contaros ni como terminamos juntos, ni como decidí irme con él al otro lado del océano. Eso seréis vosotros quienes tendréis que imaginároslo y si queréis contármelo vosotros mí, sería bonito. Solo quiero compartir con todos, compartir. Recuerdos, sensaciones, sonrisas secas de dolor y húmedas de emoción. Quiero con estas letras haceros parte de mi y que al final pueda, sino con todos; si con alguno de vosotros, mirar con el corazón.


Dora era mi amiga, mi sol, mi compañera de rayo de arco iris… Y se la llevaron.

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