domingo, 17 de abril de 2016

LA TARDE DE CHAGALL

Paseaba por el parque de El Canal. Yo lo conozco y en su sitio bonito, acogedor y verde, muy verde. Paseaba, como decía, y encontró un banco entre el sol y la sombra. Se sentó mientras escuchaba el canto de los pájaros, algún grito de unos niños que jugaban cerca y el sonido de una turbina que llegaba desde un museo cercano.

Como siempre en una esquina del banco, la izquierda para ser más exactos, apoyó su brazo y se dispuso a pensar.

¿Se puede disponer uno a pensar? Voy a pensar, venga. A ver qué sale...

Ella era capaz de hacerlo, solo tenía que intentar poner un poco de orden en su cabeza y dejarse llevar. Incluso elegía el pensamiento, llevaba su cabeza allí donde quería. Y no siempre era el lugar más confortable ni fácil. Pero ella era así, valiente.

Esa tarde se paró frente a él. Frente aquel desconocido que quizá unos minutos después le iba a preguntar si le gustaba aquel cuadro. Era parte de una de sus fantasías, aunque era consciente también que solo una parte se podría hacer realidad.

En apenas un cigarro y unos pasos entraría en el museo. Miraría a su alrededor con curiosidad buscando a un hombre alto, muy alto. No sabía si iba a estar o no. Ella le pidió que no se lo dijera. Quería que aquella tarde de Chagall fuera inolvidable. La recordaría como la tarde en la que quizá una voz detrás de ella le dijera hola. Estaba convencida de que él no iría, le importaba poco. Habría sido un momento excitante, lleno de imaginación, atrevido y diferente. Como sus pensamientos.

Y ahora pensaba en aquella frase tantas veces repetida "Dame un beso". Los besos nunca se piden, se regalan al igual que los abrazos, la ternura y las sonrisas. Eso pensaba...

domingo, 10 de abril de 2016

TARDE DE DOMINGO

Que tendrán las tardes de domingo con lluvia que nos llevan a la melancolía y nos traen recuerdos...

No me sueltes, le dije. Y tú no te escurras, me contestó. Nunca sabemos cuando aparecerá en nuestra vida la historia de amor más bonita. Y eso hace que despertar cada mañana sea una aventura.

Me gustaría sonreír en este momento, pero no me sale. Mi expresión estoy segura que es de tristeza, que no de pena. Que no es lo mismo! Estoy sintiendo, tanto como hago a veces. Los recuerdos duelen y me pregunto hasta cuando. Lo malo es que no tengo la certeza de que un día dejen de hacerlo ya que nunca sabré el por qué. Debería de haberme dejado de importar después de tanto tiempo, pero no lo hace, no deja de hacerlo y eso en ocasiones llega a atormentarme. No dura mucho la sensación, pero está ahí.

La historia de amor más bonita, así se llama uno de los capítulos del libro que estoy a punto de terminar. Historia, amor, bonita ... Que tres palabras!!! Ser capaz de poner esas tres palabras en tu vida entiendo que es un regalo y por ese motivo quizá ahora sí que aflora la sonrisa en mis labios.

Al fin y al cabo, como dice alguien que conozco... Todo es cuestión de voluntad. Muac.

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