martes, 25 de abril de 2017

ME CASO O NO ME CASO

Si, tienes razón. Lo que tengo que hacer es casarme. Pero entonces tendré que renunciar a ser yo. Tendré sexo siempre con el mismo. El sofá no será para mí sola. Pasaré calor en la cama en verano. No podré apagar la luz de la mesilla cuando quiera. No podré colocar la nevera como a mí me gusta. Cuando vaya a Mercadona tendré que pensar en comprar también lo que él quiere. No podré conducir yo siempre; y es que de copiloto me mareo. Me veré obligada a dar explicaciones. No podré hablar más contigo por teléfono; ¡estaré casada! Saldremos algún viernes a cenar si podemos colocar a los niños. Tendremos que hablar de su familia y de la mía. ¿Y si estoy de mal humor? ¿Y si tengo el día sensible? ¿Y si me apetece echar un polvo en el baño del cine? No me entenderá tan bien como lo hago yo. Me dirá que estoy loca, que si he bebido algo por la mañana. Me mirará de manera condescendiente cuando le proponga echar una carrera hasta el portal. Estará cansado y no se reirá como yo quiero hacerlo.

Y al final, terminaré buscándome un amante. Alguien que me mueva por dentro, que me haga tener ilusión por algo, que me escuche, que se ría conmigo, que no me pida explicaciones, que sonría siempre, que haga que me sienta querida, importante para alguien. Un amante que me lleve a gozar sin freno en ese par de horas que robaremos a la rutina. Que sea dulce, comprensivo y discreto. Cómplice y apasionado. Un complemento para mi alma. Y entonces ¿para que me he casado? Pasaré más tiempo con mi amante que con mi marido. Tendré que mentirle a él o a mí misma. Buscaré excusas donde ya es imposible encontrarlas. Me volveré loca haciéndome cientos de preguntas.
¿Sabes qué? Que no me caso por mucho que insistas. A estas alturas, al fin del mundo me voy pisando yo el acelerador. A no ser que me lo pidas tú. Jajajajajajajaja.

sábado, 15 de abril de 2017

¡MOLA!

¡Que cantidad de cosas dejamos de hacer por miedo! Y qué tontos somos por permitirle ganar. Hace poco conseguí romper con eso, me enfrenté a él con esa inconsciencia que me caracteriza en ocasiones. Lo recomiendo fervientemente. Ser inconsciente, me refiero.

Tenemos miedo al ridiculo, a dejar al descubierto nuestros sentimientos, al fracaso, al rechazo, a perder y al qué dirán. ¡Vaya coñazo! Llevamos una vida de opresión autoimpuesta que no sé cómo nos da tiempo a disfrutar de algo con libertad.

Lo hice, después de mucho tiempo haciéndome preguntas, decidí pasar a la acción y sin ningún miedo le di al botón. ¡Hasta ha quedado bonito! Después de un par de días acepté por fin muchas cosas que aunque ya sabía no tenía interiozadas por más de un motivo. Sonreí y me dije: "Ole tus pelotas, Anita".

No voy a explicar nada más, tampoco es relevante. Lo que quería deciros hoy es que seáis maravillosamente inconscientes de vez en cuando. Que disfrutéis de esa sensación de "como mola la vida y como molo yo". Hacedlo, lo que os pida el cuerpo en ese momento, no tengáis miedo. Sea cual sea el resultado, el chute de adrenalina merece la pena.

Si sale como uno quiere, redondo. Si no, saldrá cuadrado, ¿y?. De cualquier manera quizá como yo, logréis más de una respuesta. Es posible que os genere más dudas. Lo mismo reís o termináis llorando ¿Y que más da? Habréis sido esencia y eso siempre merece la pena.

sábado, 8 de abril de 2017

SIN PENSAR

Me va la vida en un suspiro, en un abrazo, en una caricia, en un beso y una sonrisa. Me va la vida en la esperanza, en la paciencia, en el saber y en el roce de tu piel.

Me quedo con una mirada, con una estrella fugaz, con una canción y con mil batallas ganadas. Me quedo con la fuerza, la alegría, el paso firme y una brisa con olor a mar.

Me va la vida en querer, sentir, aprender a volar y no mirar atrás. Me quedo con el paso firme, la imaginación, la lujuria y amar. Me va la vida en luchar, soñar, tus manos, mi piel y sudar.

Me quedo con un campo de amapolas, con el sol y oler a verdad. Me quedo con unos labios, mil besos, la lealtad, un amigo y escribir esto sin pensar.

Me va la vida...

domingo, 2 de abril de 2017

DUDAR O NO DUDAR

Hoy he soñado una cosa rarísima, pero rara rara. De esas que por más vueltas que le das, es imposible encontrarle una explicación ni un sentido. Otra cosa rara es lo que últimamente me pasa con el corrector del móvil, pone cada cosa... Hay que estar super atento porque te la lía en un segundo. Incomprensible.

¿Qué hago? ¿Sigo con las cosas raras o con las incomprensibles? ¿Cambio de tercio y escribo sobre el mes de abril? ¿Me invento una historia entrañable? Sexo no, ¡que es muy temprano y casi la hora de ir a misa!

¡Pues vaya despertar más dubitativo! Y es que eso de las dudas es chungo. Me da a mí que no somos muy conscientes ya que lo hacemos; dudar, tan a menudo que lo tenemos interiorizado como algo normal, cotidiano. Las dudas generan situaciones de estrés tremendas. No me digáis que no.

Hay mañanas en las que me despierto y sé lo que me voy a poner. Sin embargo hay otras en las que tengo un montón de dudas. Y esos días siempre termino llegando tarde a trabajar y poco convencida de que me quede bien lo que al final deprisa y corriendo me he puesto.

Otras veces dudamos de si está bien o no lo que estamos haciendo. Por un lado pensamos que la vida son dos dias y hay que disfrutar y al mismo tiempo parecemos convencidos de que eso no es ni conveniente ni correcto.

Deberíamos de contar las veces que al cabo del día utilizamos la expresión "no sé", pero no como falta de conocimiento, sino como duda.
¿Me como una pizza para cenar? No sé, es que para cenar... Eso engorda un montón. ¿Llamo a mi madre a ver cómo está? No sé, es que luego se enrolla mucho. ¿Le mando un mensaje a Pepito? No sé, si me dice que quedemos no me apetece nada. ¿Termino de una vez con esta historia que no me lleva a ninguna parte? No sé, luego quizá me arrepienta y ya no habrá vuelta atrás. ¿Y si dejo de darle vueltas a todo? No sé, las cosas hay que pensarlas un poco.

Bufff, se me ha hecho un poco largo hasta a mí. Dudaba si seguir o no. Dudo si ponerme a limpiar ahora o arreglar la luz de la cocina. No sé si quedar a tomar el aperitivo con ese tío o quedarme en casa leyendo. No termino de decidirme por el color del pelo de la protagonista de mi novela. No tengo claro si lo que quiero es amor o solo sexo. 

Creo que al menos hoy, voy a dejar de dudar. Dejaré de buscarle sentido a las cosas raras e incomprensiblemente no pienso pararme, ni ver, ni mirar, ni pensar. Hala, a disfrutar del domingo soleado aunque fresco. ¿Me pongo la cazadora o hará frío? Ainsss


LO MÁS LEÍDO