miércoles, 28 de septiembre de 2016

CUANDO LA VIDA NO FLUYE

El IOS de las pelotas ha tardado un güevo en actualizarse y ahora no me acuerdo de lo que hace diez minutos pasaba por mi cabeza y que tan bien me había quedado.

Resumo, hoy es de esas tardes que tanto me gustan. De esas en las que me pongo a escribir y sale solo. Sí, he dicho el IOS porqué yo escribo en el móvil. Y además no repaso. Por eso en ocasiones encontraréis alguna falta o acento inexistente. Y es que además, odio al corrector que tiene vida propia y hace lo que le da la gana.

Pues a lo que iba, llevo una tarde... Puntualizo algo, lo que escribo aquí no siempre es lo que me pasa a mí, a veces es lo que creo que os pasa a alguno de vosotros. Lo que significa que yo soy responsable de lo que escribo pero no de lo que entendáis (estoy simpática ¿eh?). Aclarado este punto, continúo. Estaba en la tarde que llevo, de esas de:

   ¿Qué te pasa?
   Nada
   ¿Seguro? Tienes una cara...
   No me pasa nada, déjame en paz
   Vale, te dejo en paz
   Pues sí que te importa a tí mucho lo que me      pasa!!!
   Pues dímelo!!
   Vete a la mierda! No me pasa nada

Pues así ... Hasta los cojones!!! Quedamos hace unas semanas que valía decir estas cosas para desahogarse, ¿no? Estoy hasta ahí mismo queridos y queridas!!! Me pregunto si nací gilipollas o me he ido haciendo con el paso de los años. Prefiero no saber la respuesta.

Tengo la vida atascada y eso me jodeee, no lo podéis imaginar. Que es una mierda todo? Pues vale. Qué todo va de Puta madre? ( me pone con mayúscula puta el corrector, pero solo si va después de madre, manda narices!!) Pues eso; endemoniá!!! Que muy bien. Fluye la vida, mal o bien pero fluye ... Pero la mía no lo hace y me consumoo!!

Me he puesto hace un rato a borrar teléfonos de la agenda, estaba poseída. ¡A la mierda oiga! Bufff, debería de ir sintiéndome mejor, pero no veo la luz... Si me vierais el entrecejo ahora mismo!! Indescriptible.

Y podéis dar gracias a que estoy frenando al camionero que llevo en mí, si no ... Porqué la tía mona y dulce hoy me carga una jartá. Hala majos y majas, otro día más y mejor. ¿Mejor? ¿Para quién? Para mí espero.

PD para María: Hoy atascada, que no densa!! Jajajajajaja ¡cuanto vales!
PD para ti: No eres el protagonista. Jajajajajaja
PD para él: Vete ya, por dios!!
PD para la vida: ¡Quiéreme! ( bonita canción de Aute, por cierto )
Ciao

sábado, 24 de septiembre de 2016

¡PUES ESO!

¡¡Pues aquí estamos!! Sábado, 24 de septiembre del 2016. Joer cómo pasa el tiempo. Es temprano, no son ni las nueve y ya me he tomado el primer te. Se me ha roto la persiana del salón y hoy no puede entrar el sol, que pena. Tengo que limpiar y el suelo va a tardar en secarse. Y la luz encendida toda la mañana, menudo gasto. Estoy pensando en intentar cambiar yo la cinta de la persiana, no debe de ser tan difícil y siempre hay una primera vez para todo, ¿no?. Lo malo es que luego me guste y me pase los días mirando las cintas de las otras ventanas para ver cuando van a romperse. Y eso es una faena. Y es que hay veces en la vida que es mejor no probar. Pero a ver, eso es fácil decirlo, el caso es que las tentaciones nos susurran constantemente y como son eso, tentaciones, la propia palabra lo dice, nos hacen quedarnos sin respiración dando un paso adelante y dos atrás, o al contrario.

Son parte de la sal de vida, no podemos negarlo. También podemos llamarlas putadas cotidianas. Valen ambas definiciones. Me va la marcha, lo admito.

Tengo que dejar de fumar, esta tos de camionero no es nada sexy. Pero me da miedo, por qué se empieza dejando el cigarro, luego pasándose a la coca cola zero y termina dándole a una lo mismo cuando ha echado el último polvo. Se deja de sucumbir a las tentaciones y pum, piensas: Estoy acabada.

Qué rabia me da no tener sol hoy en este rato. 

Pues nada, que tengáis tod@s un buen día. Voy a ver cómo soluciono este imprevisto mío. Y si veo que tal pues hoy caigo en la tentación de no limpiar. Me miraré en el espejo entornando los ojos pensando en la pedazo de transgresión que acabo de hacer. Acabada, estoy acabada!! Jajajajaja

lunes, 19 de septiembre de 2016

A VECES, UN INSTANTE

Estoy en la puerta pequeña, sonrío nerviosa y espero a que llegue el conejo blanco. Muchas veces me siento Alicia a punto de cruzar el umbral y descubrir un mundo de maravillas. Dónde no tenga que mirar hacia atrás con miedo, dónde nada ni nadie me decepcione, dónde todos seamos capaces de decirnos la verdad. Un mundo dónde ser buena persona sea lo común, dónde la mentira haga que nuestra cara se vuelva azul, donde poder confiar y seamos capaces de hacer fácil lo imposible.

A veces me siento Alicia, sí. Y no quiero que esto cambie. Porqué no tengo intención de dejar de soñar, no voy a rendirme jamás por mucho que me pese la vida a veces. La sonrisa será mi bandera, la serenidad mi camino y la ilusión mi guía. No voy a permitir que nada ni nadie robe mis sueños, porque sé quién soy, lo que quiero y lo que merezco.

Os invito a que me acompañéis mientras llega el conejo blanco. Porqué ya sabemos que el para siempre, es apenas un instante.

viernes, 16 de septiembre de 2016

TE AMÉ, ES PASADO

Acabo de leer una cita atribuida a Borges. "Te debo las mejores y quizá las peores horas de mi vida. Y ese es un vínculo que no se puede romper". Y de pronto mi cabeza ha comenzado a dar vueltas. Se ha ido de un sitio a otro, de un tiempo a otro. Ha comenzado a traerme recuerdos y flashes de otros tiempos, de estos, de ninguno...

Tengo ganas de llorar, por todo lo vivido, lo añorado, aquello que se nos quedó en ciernes, lo que hicimos y no sentíamos. Por todo lo que nos faltó y mucho de aquello que nos sobró.
Tengo ganas de llorar, por ti, por mi, por nuestro hijo y nuestra vida. Por cómo hemos terminado, siendo dos extraños que no se soportan. Tengo ganas de llorar por lo que te quise y dejé de quererte. Por aquellos sueños rotos y por los pocos que cumplimos. Quizá nunca fueron los mismos, quizá nunca nos quisimos, quizá todo fue nada y aquel vacío significaba todo.

Te amé como quise que la vida me enseñara, arañándome el alma tantas veces y con el corazón roto otras. Te amé con mis manos, con mi boca, con mis ojos, con mi piel y mis sentidos. Te amé hasta sentirme vacía, derrotada y triste. Yo sé que tú también me amaste, como sabías, como podías, como no aprendiste a amar.

Te debo las mejores y quizá las peores horas de mi vida. Y ese vínculo... lo rompí hace tiempo ya.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

DESTINO, EL MAR

Si cierro los ojos escucho el sonido de una estación. Los abro y doy un sorbo a mi café con hielo, miro a mi alrededor y vuelvo a cerrar los ojos.

Una mañana de septiembre ella llegó apurada a aquella estación de tren en el que el tiempo parecía haberse detenido. Entró acalorada mientras mirando hacia todos lados escuchaba el soniquete y aquella voz siempre tan familiar que decía que el tren con destino a Soria situado en la vía 3 arrancaría en cinco minutos. Solo había cuatro vías y dos puertas de salida. Su coche estaba justo frente a la puerta, subió los tres escalones y mirando las indicaciones de donde estaban los asientos, fue hacia su izquierda. El 17A era de ventanilla, lo agradeció y dejando su bolsa en la parte de arriba, se acomodó en aquel asiento azul.

Clara llevaba meses planeando este viaje. No sabía si aquel encuentro significaría el punto final a aquella historia o una oportunidad de seguir amando. Casi dos meses sin verse, llamadas a diario y alguna caricia virtual. Es lo que había tenido de él durante este tiempo.

Mirando a través del cristal recordaba aquella tarde lluviosa cuando se conocieron. Ella esperaba a una amiga a la salida del metro y él la pidió fuego. Nunca supo muy bien como aquella tarde terminaron en la cama dejándose ambos el alma y amándose como nunca antes lo habían hecho con nadie. Aquellos dos dias se convirtieron en una vida a través de su piel, de sus cuerpos, de sus miradas y de sus besos. De sentirse uno dentro del otro, una vida escrita hacía muchos años a través del sol y la lluvia. A través del tiempo.

Apenas habían hablado de ellos mismos, poco sabia Clara de la vida de Diego, poco sabia él de la de ella. Pero es que hay veces en las que el saber es innecesario y carece de importancia. Sintieron ambos la necesidad de amarse, de no dejar de mirarse y dejarse llevar. Sentir y no saber ni entender...

El tren hace la primera parada, Clara se levanta de su asiento y camina por aquel pasillo que tanto le recuerda a aquella casa. Un pasillo largo, no muy ancho, ese pasillo que ella tantas veces después de aquella primera vez, había recorrido. Mira hacia arriba recordando aquellos techos altos, esos que le parecieron un infierno cuando él le dijo que se marchaba lejos a los pocos días. Clara piensa entonces que jamás había sentido el latido de su corazón tan rápido, que jamás había sentido salir las lágrimas de sus ojos sin haber podido controlarlas ni un solo instante.

Volvió a su asiento mientras el tren se ponía nuevamente en marcha. Su mirada regresó de nuevo a aquel paisaje a través de la ventanilla del 17A. No sabía lo que encontraría a su llegada, no quería saberlo, no quería llegar.

Fue difícil para ella saber porque todo cambió tan de repente. Como habían dejado de sentir para querer entender.

Finalmente el tren llega a su destino, Clara mira con extrañeza y asombro. Sale del vagón con su bolsa en la mano izquierda y mira su billete. 
Destino: Soria
Coche: 6
Asiento: 17A

Mira entonces la pared de la estación. Gira su cabeza hacia el tren parado en la vía y lee
San Sebastián
Coche: 9
Asientos  17 A 23

Su destino había sido el mar ...

jueves, 8 de septiembre de 2016

NO SON LOS TIEMPOS, SOMOS NOSOTROS

Me gusta madrugar por muchos motivos. En primer lugar por el silencio, no es nada fácil disfrutar de él en una gran ciudad a no ser que vivas a las afueras y este no es mi caso. Luego hay un momento sobre esta hora, las ocho, en el que el sol entra por mi ventana directamente al sofá. Es cuando yo, sentada en él estoy tomando mi te, fumando el primer cigarro del día y leyendo lo poco que me interesa ya de la prensa con mi móvil entre las manos. Como cambian los tiempos!!! Antes necesitaba el papel, mancharme las manos de negro por la tinta. Leer el periódico tenía su ritual. Si iba andado por la calle, lo hacía rápidamente y a doble página. Si estaba en casa o iba en el metro, doblaba cuidadosamente las páginas una detrás de otra hasta llegar al final. Si me sentaba en algún sitio a tomar un café, abierto de par en par. Lo leía todo, me interesaban más unas cosas que otras, pero mis ojos pasaban por todo el. Ahora, a penas algunos artículos y un par de columnas y eso con suerte. Y lo hago en mi móvil como decía.

Con cosas como estas te das cuenta; mientras el sol sigue acariciando mi pelo, como ha cambiado todo. Lo que hace veinte años era imprescindible ahora sobra por todos lados. Aquello que creíamos que nunca cambiaría se nos antoja irreconocible. Ese momento que nos hubiera gustado que durara para siempre nos produce nostalgia. Quien me iba a decir a mi!!! Piensas mientras miras de soslayo hacia atrás.

Nada es mejor ni peor, es diferente.  Fue bueno en aquel momento, se disfrutó, se creyó en ello, se luchó por ello, el hecho de haberlo conseguido o no es lo menos relevante. Te preguntas si fuiste feliz, quizá lo fueras pero ahora dudas. ¿Importa? No. Somos lo que somos por todo aquello que hemos vivido. Siempre digo que no me arrepiento nunca de lo que he hecho, ni tampoco pienso que quizá algunas cosas las hubiera hecho de otra manera. Eso es demagogia.

No son los tiempos los que cambian, somos nosotros los que vamos evolucionando y aprendiendo. Es uno de nuestros deberes. O así lo entiende esta tipa que solo anhela que el libro de su vida tenga cientos de páginas subrayadas, con miles de anotaciones en los márgenes, con dibujos y por supuesto con algunas manchas de tinta borrada. Todo vale, todo cuenta, todo suma, todo es vida.

lunes, 5 de septiembre de 2016

PERDONO

Hace tiempo que llevo pensando en escribir algo sobre esto. Me parece más importante de lo que muchas veces parece. En ocasiones pedimos perdón y perdonamos de manera ligera, sin sentirlo de verdad. Sin ser conscientes de lo que ambas cosas significan.

Aprendí a pedir perdón antes que a perdonar. Nunca me ha costado trabajo reconocer mis defectos ni mis errores, las cosas que he podido hacer mal o así le han podido parecer a otras personas. Y no lo hago a la ligera. Lo hago sintiéndolo de verdad y de forma natural, sin dramas ni largos suspiros víctimistas. Por qué soy así, por qué considero que es parte de mí el mostrarme receptiva siempre e intentar aprender y mejorar.

Desde hace mucho ya perdono sin necesidad de que me lo pidan. En primer lugar porque no hago nada con los demás que no quiera que hagan conmigo. Porque me hace sentir bien conmigo misma, porque el rencor solo envejece el alma, porque quiero, del verbo amar, porque no miro hacia atrás, porque no me gustan las arrugas que salen en el entrecejo. Nunca lo he sido, rencorosa. Antes no olvidaba, pero el tiempo y la vida me han regalado la capacidad de hacerlo también. ¿De qué sirve guardar?

Sigo pensando que quiero en mi vida una mochila de alegría, de tolerancia, de ternura, de flores, de música, de comprensión y de perdón. Nada de esto pesa, al contrario, son cosas livianas en esa mochila. Cosas que hacen sonreír al corazón y liberan el alma.

Siempre perdono, incluso antes de que me lo pidan, incluso cuando ni tan siquiera lo hacen. Si yo os contara ... : )

LO MÁS LEÍDO