jueves, 28 de noviembre de 2013

EN EL COCHE (Fantasías Sexuales-3)






Hoy es martes, y como todas las semanas cojo el coche cuando salgo de trabajar y me voy a Carrefour para hacer la compra. No sé cuando decidí que fueran los martes, pero me gustan. No hay tanta gente y por lo tanto mucho sitio en el aparcamiento.


Dejo el coche al sol, hace frío y luego agradeceré ese calorcito a través de los cristales. Hoy no tengo muchas ganas de comprar, siempre es lo mismo, la leche, los yogures, el fiambre, los croissants, algo de fruta y lo necesario para las ensaladas Veo el chocolate con almendras y no puedo resistirme, merezco darme un capricho y me lo voy a dar.



Salgo con el carro que he cogido hoy yque no deja de irse hacia la derecha, que pelea! Vaya, con todo el sitio que hay y justo han aparcado pegado a mi coche! Voy llegando con el ceño fruncido.Escucho música. Me gusta, tiene ritmo y es calida. No puedo ver quien hay dentro, los cristales están tintados. Parece que se ha quedado demasiado pegado y no puedo abrir la puerta. El cristal oscuro del copiloto baja y entonces me pides disculpas arrancando el motor y moviendo tu coche.


Y sin darme cuenta entre esas disculpas, la calidez de la música, tu voz y tu sonrisa, estoy en el asiento trasero. Me pregunto que hago ahí, no te conozco, yo venía ha hacer la compra. Tus manos vagan por mi cuerpo sin destino. Esto debe de ser como el chocolate con almendras, pienso durante un suspiro interminable. Un capricho pienso, como tu boca en ese instante. Y me lo voy a dar, me digo convencida mientras jadeo con una amplia sonrisa y veo como la mujer del coche de al lado guarda su compra en el maletero mientras se le caen las llaves y se le engancha el bolso…

sábado, 23 de noviembre de 2013

LA OTRA MIRADA


Ayer tuve que ir al tanatorio, murió el padre de una amiga mía. No frunzáis el ceño, hablar de la muerte es hablar de la vida.


Tardé muchos años en ir a un tanatorio y a un cementerio. Tardé mucho tiempo en darme cuenta de la diferencia de un sitio a otro. Me costó llegar a ese punto en el que descubres que la muerte produce una metamorfosis en las personas.


No me gusta estar mucho tiempo en los tanatorios. Llego, doy un beso y espero a sentir que la otra persona deje de necesitar mi presencia. Por que es entonces cuando la gente saluda a otra gente y hablan de sus cosas y luego se despiden diciendo aquello de “ …a ver si la próxima vez nos encontramos en una boda… “ . Y esto a mi me produce un poco de rechazo, la verdad.

Los cementerios son otra cosa. Y es ese el momento real de la despedida, el más duro, el que debe de ser más íntimo. Y entonces porqué se empeñan todos en hacer lo posible para estar allí? No, no me digáis que es por acompañar, la mayoría de las veces es algo social y morboso.


Pero yo no quiero escribir hoy sobre esta cara de la muerte, me gustaría reflexionar con vosotros sobre otra parte. Más amable, más real, auténtica e intensa.


Yo quiero mucho a mi amiga, mucho. Pero estos días en los que su padre ha estado hospitalizado, la he querido más. He estado más pendiente de ella; y eso que trabajamos en la misma empresa y todos los días desayunamos juntas. Pero mi pensamiento ha estado con ella más tiempo. Le he mandado mensajes con montones de besos y hasta una foto con dos niñas; una rubia (ella) y otra morena (yo) dándose un abrazo gigante… ¿Veis por donde quiero ir?

Nunca nos habíamos dado los abrazos que nos dimos ayer, y son ya unos 15 años los que llevamos caminando. Nunca antes habíamos cogido nuestras caras dejando a penas un centímetro entre ellas y nos habíamos mirado a los ojos diciendo te quiero, entre lágrimas y mocos. Ese te quiero inmenso… Ese te quiero del alma… Ese te quiero infinito…


Y es que queridos… Al final, la muerte, la pérdida, nos deja desnudos, no hay pudor, no existen límites y hace que saquemos esos sentimientos que de otra manera seguirían ahí, sentimientos profundos, reales y puros. Es una de las pocas expresiones del AMOR. ¿Os dais cuenta?


Hoy sigo queriendo a mi amiga igual, pero se lo he dicho, aunque ella lo supiera, aunque yo lo sepa… Se lo he dicho…

jueves, 21 de noviembre de 2013

EN EL DESPACHO (Fantasías Sexuales-2)


¿Te vienes a la biblioteca? Pregunta mi compañero. Y que más da, pienso. Yo me voy a la biblioteca, al bar, al metro, a mi casa, a la suya… Pero donde me gustaría ir de verdad es a su despacho. Las clases con ella me ponen malo.


Voy andando sin rumbo y solo soy capaz de recordar como se pone y se quita las gafas cuando tiene algo que leer, como aprieta el nudo de su coleta y como estira su falda.

Me ha mirado, hoy me ha mirado si. He notado la calidez de sus ojos. Era a mí, estoy seguro. No puedo, no dejo de pensar en ese despacho, en esa mesa cubierta de libros y papeles y que tanto me gustaría tirar al suelo, como en las películas.

Voy por el pasillo y huele a ella. Mis ojos la buscan moviéndose sin cesar, al igual que otra parte de mi cuerpo.


Me paro frente a la puerta; quiero abrirla, deseo abrirla y encontrarla. Está cogiendo un libro de la estantería, se vuelve con rapidez, lo que hace que su pelo recogido cambie de lado bruscamente. Entro, en silencio y cierro la puerta, solo la miro. Su boca, sus labios pintados… Ardo en deseos de besarla. Me acerco, la miro, me acerco más. Mis manos no obedecen a mi cerebro y mi boca solo encuentra un destino.


Acaricio su espalda lentamente mientrascoloco mi mano en su nuca. La beso, la beso con toda la intensidad que tenía guardada para ella. Y entonces ya no hay retorno. Ella, en silencio, solo me mira, sonríe, su mirada me lo está diciendo todo. La deseo, me desea. Como en las películas… Esa mesa…


Eh, tío ¿te vienes o no? dice mi compañero. Al bar a por patatas fritas, ahí me voy! Contesto.


Gracias a ti por compartir tu fantasía y

Gracias a él por ayudarme con los matices…

jueves, 14 de noviembre de 2013

EN LA OSCURIDAD (Fantasías Sexuales-1)


El viaje ha sido largo, demasiadas horas de avión aunque sea sentada en un confortable sillón con mullido respaldo y aunque esta vez el sushi ha sido algo mejor que otras veces.


Llego al hotel, al de siempre. Me sonríe el botones, como siempre y como siempre también, me mira el culo el recepcionista.


Mi habitación, luminosa, encendida la luz del baño, el vino sobre la mesa y dos copas. Siempre pido dos copas.


Me quito los zapatos, demasiado altos, me gustan, los tacones, ¿y a ti?

Dejo que mi falda caiga lentamente al suelo, lo mejor de los hoteles es que no tienes que recoger nada, nada hay que colgar ni guardar en los armarios. Como quede, como caiga.

Me quito las medias y al agacharme un pequeño mechón de pelo queda atrapado en la comisura de mis labios, lo retiro con el dedo pequeño de mi mano izquierdaLa pinza, en el pelo. A la ducha.

Me seco y me como el sándwich, apago la luz y me acuesto.

El cansancio y el aburrimiento hacen que llegue el sueño poco a poco. Escucho un ruido, seco, parece la puerta. No puedo abrir los ojos, estoy en ese limbo tan placentero, ese que tanto me agrada. Habrá sido otra cosa, no puede ser la puerta. Coloco la almohada, estiro mi cuerpo, desnudo, dentro de esas sábanas de algodón, tan blancas… Siento una mano en uno de mis pechos. Mis ojos siguen sin poder abrirse, mi corazón late rápidamente. Mi cuerpo está retorciéndose, mi pecho se eleva y se encogen mis piernas. Me gusta el roce de tu mano en todo mi cuerpo. Mi respiración se acelera lentamente.

No sé quien es, solo puedo adivinarle y sentirle. Su olor, me excita. Su respiración incita a la mía a seguir el ritmo que marca su cuerpo. No quiero abrir los ojos. Me hablan sus caricias y me acarician sus besos. Y mi cuerpo a la deriva, en ese mar donde el oleaje baila conmigo y yo me dejo llevar con el ardiente deseo de que llegue la siguiente ola…


Buen viaje de vuelta me dice el recepcionista echando el último vistazo a mi culo. Me despide la sonrisa del botones, la de siempre.







martes, 12 de noviembre de 2013

ESTÁ EN MI SONRISA


Aquí estoy de nuevo, ya os dije que volvería. Soy Sephora y soy congoleña, os acordáis? Mi tía ya os habló de mí hace unos meses. Y es que esta noche, ella, mi tía, ha soñado conmigo. Mola mucho cuando lo hace, podemos hablar en francés y en español y jugamos al pilla-pilla y yo le cuento lo que hago aquí, en Kinshasa, mi ciudad. Y ella me dice lo bien que mi primo juega al fútbol allí en Madrid, la ciudad de ellos. Me gusta mucho que ella, mi tía, me sueñe.




Esta noche la he encontrado un poco triste, por eso la he abrazado más que ninguna otra noche y le ha dado tantos besos que al final nos hemos reído mucho por que le dolía la cara, a ella, a mi tía. ¿Os he dicho que se llama Ana y que la quiero mucho? Ella siempre se preocupa por nosotros, pero no solo por nosotros, la familia; sino por todos los congoleños que vivimos aquí en Kinshasa, mi ciudad. Bueno y en todo el país… Por eso a veces le duele la cabeza, por que mi país, la República Democrática del Congo es muy grande y somos un montón de gente y claro, si se preocupa por todos… Y es que es muy buena. Ella dice que no, pero yo os digo que si




Sabéis que Sephora es mi sobrina, esto es que lo que ella os diría desde su inocencia, desde la sencillez de pensamiento de una niña, desde un corazón grande y limpio. Sephora es una de esas esperanzas que llevo días diciendo que existen. Es una de esas posibilidades que tiene África de seguir hacia delante de manera hermosa. Sephora es congoleña y lo dice con orgullo, con el que le toca a pesar de las circunstancias por la que su país, la República Democrática del Congo atraviesa. Ella quiere que su tía, yo, siga soñando con ella muchas noches, quiere seguir hablando conmigo en francés y en español, quiere que su primo sea un futbolista famoso y poder presumir en su colegio. Sephora, mi sobrina, se merece poder hacer esto y mucho más. Por que como cualquier niño tiene el derecho a soñar, a luchar por que esos sueños se cumplan, a querer tener una vida, ni mejor ni peor que otras, una vida digna sin más.



Y yo, desde este acogedor rincón que para mi es este blog, una y otra vez os hablaré de ella, de su país, de su continente. Seré todo lo pesada que pueda hasta que todos vosotros os acordéis de ella cuando paseando por la Gran Vía de Madrid os paréis delante de la tienda de cosmética que se llama igualque ella, y sonriáis. Seguiré insistiendo hasta que cuando leías en el periódico Congo, sonriáis. Hasta que estas navidades veáis en algún puesto el relieve de África en algún collar, y sonriáis. Por que en una sonrisa, siempre hay esperanzaNO ME RENDIRÉ NUNCA, y os aseguro queridos,que soy mujer de palabra. : )

jueves, 7 de noviembre de 2013

7 DE NOVIEMBRE 1913, CAMUS


Hoy, en el centenario de su nacimiento, un regalo de él.


                        Retorno a Tipasa 
                           Albert Camus

                                                       

mediodía, sobre las laderas medio arenosas y cubiertas por heliotropos como por una espuma que hubieran dejado al re tirarse las olas furiosas de los últimos días, miraba el mar, que a esa hora se agitaba apenas con un movimiento fatigado, y calmaba esa doble sed que no se puede engañar mucho tiempo sin que el ser se seque, quiero decir amar y admirar. En no ser amado sólo hay mala suerte: en no amar hay desgracia. Hoy en día todos morimos de esa desgracia. Porque la sangre, los odios, descarnan el corazón; la prolongada reivindicación de la justicia agota el amor que, sin embargo, la hizo nacer. En el clamor en que vivimos, el amor es imposible y la justicia no basta. Por eso Europa odia el día y no sabe más que oponer injusticia a la injusticia. Pero para impedir que la justicia, hermoso fruto naranja que no contiene más que una pulpa amarga y seca, se agoste, volvía a descubrir en Tipasa que había que guardar intactas dentro de uno mismo una frescura y una fuente de alegría; amar el día que escapa a la injusticia y volver al combate con esa luz conquistada. Volvía a encontrar allí la antigua belleza, un cielo joven, y ponderaba mi suerte, comprendiendo por fin que en los peores años de nuestra locura el recuerdo de este cielo no me había abandonado nunca. Era él quien, para concluir, me había impedido perder la esperanza. Yo había sabido siempre que las ruinas de Tipasa eran más jóvenes que nuestras obras en construcción o nuestros escombros. El mundo empezaba allí cada día con una luz siempre nueva. «¡Oh, luz!», ése es el grito de todos los personajes enfrentados, en el drama antiguo, a su destino. Ese último recurso era también el nuestro y ahora yo lo sabía. En mitad del invierno aprendía por fin que había en mí un verano invencible.


Albert Camus, «Retorno a Tipasa», El verano (1953).




domingo, 3 de noviembre de 2013

FALSOS PUDORES Y FANTASÍAS SEXUALES

Hoy no me distraigo, hoy escribo sobre sexo ...

Me he propuesto escribir un libro, pequeño, que conste, sobre las fantasías sexuales de la gente. Pero claro, para eso me las tienen que contar y no se por que en general somos tan pesados con este tema. Algunos me dicen que eso forma parte de la intimidad... Que no hombre!! Eso se comparte que de todo se aprende!! Lo que forma parte de la intimidad es el amor!!

Conozco a un montón de tías que se han leído las sombras del tipo ese y cuando les pregunto por lo que más les ha gustado se ríen y no me contestan... Así no escribo yo el libro ni pequeño ni grande.

Si ese pudor lo sintiéramos por otras cosas... Yo siento pudor al preguntarle a una madre por la enfermedad de su hijo. Siento pudor al compartir una historia de maltrato. Siento pudor al mirar a los ojos a esa mujer que esta cogiendo comida del cubo de la basura...

Pero decir que me gustaría echar un polvo contigo en el baño del cine mientras los demás ven la película o decir lo mucho que me pone pensar en masturbarnos en cualquier sitio público... Esto no me da pudor... Me divierte, me hace sentirme sana, natural y libre.

Anda... Cuéntame una de tus fantasías sexuales!!

Os dejo que están a punto de salir los monjes del Monasterio a cantar gregoriano. Buff, no os digo nadaaaa ; )

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