miércoles, 17 de enero de 2018

UN DESPERTAR CUALQUIERA

Hoy me he despertado pictórica. ¿Es posible eso? A las siete de la mañana estaba leyendo a Chagall que lo tenía algo abandonado con eso de la escritura. Le escuchaba hablar de Matisse, Cezanne, Bonnard y sus intentos vanos de vender sus telas y ha sido inevitable sonreír y respirar hondo. Y es que a veces cuesta, se queda el aire atascado y por mucho que quieras hinchar la caja torácica para respirar no puedes. Así que cuando algo ajeno a tu cotidianidad lo logra, sientes esa agradable sensación de ya, por fin.
Me duelen las tibias, si las dos. Mi afán por el equilibrio me lleva a veces a esos extremos. Puede significar que no he dormido bien del todo, intento recordar lo que he soñado, quizá me he mantenido tensa toda la noche o quizá sea porque haya estado bailando o quizá corriendo en mis sueños. ¿Correr significa huir? ¿Bailar es un síntoma de alegría? Y ¿soñar? ¿Se traduce en algo bueno? Demasiadas preguntas para una mañana de cuadros, colores, figuras y flores. Hoy ya no me interesan las respuestas, ayer quizá si lo hubieran hecho. Me duelen las tibias decía hace un momento, habré bailado en mis sueños.


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