martes, 22 de abril de 2014

A QUE PRECIO ...

Son esas veces cuando el corazón no sigue a la cabeza y la cabeza quiere ser libre,  cuando nos creemos llegar al límite de nuestras fuerzas y sentimos como perdemos el control en una espiral de sin sentidos y casi locura. Son esas veces en las que sin poder comprender lo que esta pasando, creemos que la vida se nos va y por más que intentamos pisar el freno, no podemos.

Es entonces, cuando paseando sin rumbo y las manos en los bolsillos, la cabeza se levanta pesadamente y miramos hacia el cielo sin saber a quien hablar, sin poder pensar y deseando que las lágrimas no visiten nuestros ojos. Es entonces, cuando sentarnos en un banco en mitad de la nada nos hace pensar lo cansados que estamos, las pocas fuerzas que quedan para continuar y por que no, las pocas ganas de hacerlo.

La inseguridad se hace dueña de nosotros y nos preguntamos si las decisiones tomadas han valido la pena, si el precio tan alto que estamos pagando por ello sirve de verdad para algo. Esas veces en que no encontramos consuelo, en las que después de haber perdido el apoyo y el cariño de alguien, piensas si fue verdad o tan sólo una mentira.

Que difícil nos resulta continuar con esa carga que nos trajo nuestra necesidad de ser nosotros mismos. Mirando alrededor no encontramos consuelo y tan sólo nos queda llorar y esperar a encontrar la respuesta, que sin duda aparecerá, pero cuando? Las fuerzas se agotan y la esperanza languidece frente a ese muro gris que intentamos pintar de colores un día tras otro.

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