viernes, 17 de enero de 2014

EL DEPENDIENTE (Fantasías Sexuales-7)


Siempre me ha llamado la atención, muchos días entro a la tienda solo para verle, es uno de los dependientes más guapos que he visto nunca. No soy capaz de encontrar la manera de hablar con él, pero siempre he imaginado como sería todo. 

Me levanté temprano para ir al gimnasio, hay que cuidar este cuerpo. Después de machacarme abdominales y reírme mucho con Alberto, nos fuimos a la ducha. Alberto me propuso ir a tomar un café, me pareció bien, a las cinco tenía la entrevista, sería una buena manera de pasar esas horas. Alberto es un tipo estupendo, divertido y guapo. Y aunque sé que no tengo nada que hacer con él, ya que le gustan las mujeres, me encanta ser la envidia de mis amigos.

No habían terminado de poner los cafés cuando le sonó el teléfono, era de su oficina, una urgencia requería que fuera rápidamente.

* Alberto tío… ¿Me vas a dejar plantado?;  le dije

* Joder, no es culpa mía; dijo riendo

* Nos vemos el jueves en el gym; le contesté tocándole el culo.

¿Y ahora que hago yo tres horas? pensé mientras miraba el escaparate del H&M que había enfrente.  Y ese gustito recorrió mis piernas subiendo hacía arriba. Me voy de tiendas…! Y andando, andando terminé frente a la tienda de siempre, claro. Miré dentro y allí estaba, hablando con una compañera. La boca se me quedó seca, busqué un chicle en la mochila, me armé de valor y entré.

Empecé a mirar trajes; en realidad a pasar perchas por que mirar, mirar, era su culo lo que miraba. Su compañera me pilló y le dijo algo. Él se dio la vuelta y se dirigió hacía mi. Tragué saliva. Joder, que nervioso me había puesto… Yo estaba cansado de ligar, nunca he tenido ningún reparo ni recato. Y sin embargo con él…

·         Hola, puedo ayudarte en algo; me dijo sonriendo

·         Estoy mirando; respondí con esa cara absurda…

Notaba como me temblaba la voz. ¿O no era la voz lo que me estaba temblando?

·         Quiero un traje para una boda, se casan unos amigos míos la semana próxima

·         ¿Has pensado en algún modelo en concreto?

En ese momento, me hubiera tirado a él y me hubiera comido su boca sin dejar ni un solo milímetro vivo.

·         Pues no había pensado en nada concreto. Y es que tengo un problema, lo que me vale de pierna me queda grande de cadera.

·         Déjame ver; me dijo

Y sentí su mano en mi cintura, y como poco a poco iba bajando por mi pierna hasta llegar a mi cadera.

 

·         Creo que este modelo te servirá, pruébatelo

Pensé que no podía aguantar más. Por el rabillo del ojo vi como su compañera no dejaba de mirarnos. Pero me importó poco, había empezado el juego y yo, no iba a ser quien lo interrumpiera.

Él me acompañó al probador, abrió la cortina y rozó levemente su pecho contra el mío. Cerró la cortina, dejándola lo suficientemente abierta para poder ver lo que va a ocurrir dentro. Hice como que no me había dado cuenta y comencé a quitarme la ropa. Por el espejo vi como me miraba, como no dejaba de moverse, como se mostraba cada vez más ausente a todo.

Como si de un accidente se tratara, mi ropa interior salió junto con mis pantalones, quedando al descubierto mi cuerpo desnudo. No dejó de mirarme. En ese momento, yo ya me siento seguro, veo en su rostro el deseo y huelo como su sexo me desea.

Se acercó despacio, insinuante, ofreciéndose a poner los alfileres al pantalón. Y es ahí cuando notó que algo empezaba a crecer y disimuladamente entre alfiler y alfiler lo rozó todo... La cortina se cerró entonces de manera hermética, su compañera se tocaba el cuello y resoplaba sin darse cuenta. Hubiera matado por ver lo que estaba pasando detrás de esa cortina. Pero eso queda para él y para mí. Para sus alfileres y mi pantalón.

 

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