jueves, 12 de octubre de 2017

CON JOTA

En nada empezarán a pasar aviones, este año no llueve así que el desfile está garantizado en todo su esplendor. A mí me gustan los que dejan estelas de colores y van a toda leche. Fiuuuu, fiuuuu. Cuando mi hijo era pequeño nos apostábamos en la ventana de la habitación y echábamos el rato. Es lo que tiene vivir en paralelo con la Castellana. Así, sin más detalles esta vez.

¡Como me gustan las onomatopeyas! Es que dicen mucho y las utilizamos poco. Son la esencia de la expresividad.

Con un plas-plas-plas, quiero dar la bienvenida a mi saloncito a ese puñaito de personas que se han unido recientemente a pasar por aquí y compartir ratitos. Pues si, ¿qué pasa? También me gustan los diminutivos, aunque no me pegue mucho. Se llama versatilidad ¿qué?

¿Cuál sería la onomatopeya adecuada para chulería? La jota, sin duda. No hijo no, la de Zaragoza no, la letra jota. Ajjjj, ¡siempre teniendo que explicarlo todo!

Pues no lo sé, puede, pssss. Vaya jilipollez (con j). El caso es que estoy inspirada pero eso nunca es garantía de nada. La verdad es que la inquietud que tengo por empezar a oír a los aviones no me permite concentrarme. Así que voy a entrar mientras en Wallapop a ver si compro una estantería. Está claro que hoy es el día del absurdo. ¿Lo habéis pillao? 

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