viernes, 4 de octubre de 2013

MIRAR CON EL CORAZÓN (PARTE 2)


Recuerdo cuando se llevaron a Dora. No solo vivíamos en la misma calle, tambiénen el mismo rayo de arco iris. Dora tenía 22 años y una vida difícil por delante, pero también muchas ganas de vivirla. No era muy alta, pelo largo y negro, piel morena y unos ojos oscuros que siempre te decían que la abrazases. Vivía en una casa pequeña, para ella y su gato era suficiente decía. Su jardincito era un pequeño oasis donde más de un vecino íbamos algunas tardes a llenar nuestros corazones de vida.


Dora era nuestro sol, era mi amiga. Y se la llevaron. Cómo hicieron con tantos amigos, con tantos vecinos y conocidos. Pero de eso no quiero hablar por que todos sabéis lo que pasó. El corazón se encoje con esos recuerdos y los que quiero compartir con vosotros son los que me hacen sonreír.


Chile siempre se me antojó diferente, hasta geográficamente es diferente. Conocí a Antonio una mañana en la FNAC, mientras intentaba sacar unas entradas para un concierto de música africana. Un chico muy amable me insistía en que ahí no vendían las entradas de ese concierto, mientras yo le aseguraba que si. Y detrás de mi un hombre alto y con ojos claros resoplaba con impaciencia. Y yo que culpa tenía? Al final, con un manotazo me quitó de en medio y pidió la presencia de un responsable. Me pareció un tío tosco y poco amable. No lo había hecho porintentar ayudar sino por hartura. Fruncí el ceño y le hice saber que podía arreglármelas sola.


Siempre he podido arreglármelas sola, siempre, demasiadas veces. Hubo tantas ocasiones en las que me hubiera gustado no haberlo hecho… En las que hubiera dado todo por ser un poquito dependiente. Ni él ni yo supimos.


No quiero que penséis que os voy a contar una historia de amor, no quiero contaros ni como terminamos juntos, ni como decidí irme con él al otro lado del océano. Eso seréis vosotros quienes tendréis que imaginároslo y si queréis contármelo vosotros mí, sería bonito. Solo quiero compartir con todos, compartir. Recuerdos, sensaciones, sonrisas secas de dolor y húmedas de emoción. Quiero con estas letras haceros parte de mi y que al final pueda, sino con todos; si con alguno de vosotros, mirar con el corazón.


Dora era mi amiga, mi sol, mi compañera de rayo de arco iris… Y se la llevaron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LO MÁS LEÍDO