domingo, 22 de diciembre de 2013

UN REGALO, MIS PALABRAS

Parece que en todo esto de lo que sube, baja; lo que entra, sale y lo que va, vuelve... Hay algo de verdad. Por que todo lo que subió durante casi dos décadas, cayó en a penas dos años. Por que mucho de lo que entró en mi corazón poco a poco, se lo llevó el paso del tiempo. Afortunadamente, la mayoría de las cosas que se fueron, han vuelto. Y es que todo en la vida guarda un misterio aunque no lo creamos.


No me gustan mucho las navidades, no es personal, pero le encuentro a todo esto un punto de dolor innecesario que me hace rechazar estas fechas. Ya dije en otra ocasión que no hago balance de nada ahora, sino en verano y frente a mi Atlántico. Pero parece que la mayoría de la gente, llegado este punto, se ve en la obligación de desear que se termine el año por que ha sido malo, o bien pensar que el siguiente no podrá ser mejor.

Sería bueno darnos cuenta que el paso del tiempo, somos nosotros quienes lo hacemos bonito o feo. Al final, de nosotros depende que nuestro día a día tenga un color u otro. Solo nos hace falta saber mirar, ver, descubrir las cosas que hay a nuestro alrededor, y no solo con lo que se chocan nuestras narices. Pensemos en que abrir los ojos por las mañanas ya es un premio, en que poder vernos en el espejo, es un regalo. En esa ducha que nos despierta o nos relaja y que sentimos tan cotidiano, y que es un lujo. En fin, en tantas cosas que tenemos que deberían de hacernos sonreír cada mañana, cada tarde, cada noche...


Hoy, a pocos días de terminar este año, me gustaría haceros un regalo. Y mis palabras son lo más preciado que tengo para ofreceros.


Me gustaría que siguierais acompañándome, por mi parte intentaré seguir esforzándome para hacer este espacio acogedor. Me gustaría que después de visitarme pudierais salir cada vez con una sensación diferente, con un olor diferente, que os latiera el corazón como a mi cuando escribo, que yo pudiera escuchar vuestras carcajadas otras veces, que supiera de vuestra sonrisa pícara algunas noches.


Hace unos días, le dije a alguien que para mi la felicidad es tan subjetiva, que casi nunca la deseo, así como tal. Cada uno tenemos, debemos de ir a por ella, a por la nuestra y solo nosotros sabemos cual es el camino. Por eso, prefiero desearos confianza en vosotros mismos, ganas de seguir hacia adelante pese a los obstáculos. Os deseo rayos del sol y caricias del viento. Os deseo besos, de los de verdad; que os lo den Y que los deis también. Os deseo un caminar firme, una mano cerca. Os deseo, queridos, sobre todo... Paz en vuestros corazones. ¿Y sabéis porqué? Por que TODOS lo merecemos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

LO MÁS LEÍDO