viernes, 19 de agosto de 2016

NO SOLO MIRAR, SINO TAMBIÉN VER

Este es el verano más raro que recuerdo. No puedo decir que esté siendo bueno, supongo que con el tiempo me daré cuenta de cosas que en este momento paso por alto. Cosas buenas que también está habiendo y ahora soy incapaz de ver.

Es cierto que de lo malo también se aprende y creo que incluso más que de lo bueno. Pero tan cierto es que se necesita perspectiva para poder apreciarlo.

Echo mucho de menos el mar, mis paseos por la playa a primera hora de la mañana. Sentarme en la arena a ver cómo el sol va subiendo por el horizonte. Echo de menos la sensación de llenarme de esperanza y fuerza al escuchar las olas. Me falta dejar en la orilla todo aquello que de nada sirve ya y recoger cuartillas en blanco para poder seguir.

Me falta lanzar todas estas botellas que tengo almacenadas con mensajes de amor. Cada uno diferente o quizá en todas haya metido el mismo. Y ver cómo se van alejando, como poco a poco la fuerza de las olas van llevándolas a sus destinos. O quizá solo exista uno.

Si, un verano raro en el que voy poniendo puntos finales, otros seguidos y alguno suspensivo. En el que el tiempo se detiene cada dos por tres y a veces se me hace eterno el paso de los días.

Pensemos que todavía no ha terminado, quizá un día de estos me siente en una playa cualquiera. Con mis gafas ... de ver, mi libro, mis uñas de color naranja, ese aire interesante que me da la edad y ... Pensemos que todavía no ha terminado!! 

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