Y en esos días tontos en los que tu alter ego masculino se ha pirado sin permiso y te has quedado sola, no hay nada mejor que llegue alguien y te diga "tú lo que necesitas es un novio". Y entonces es cuando invocas al cariño que tienes a ese alguien, respiras y te ríes. Porque por muy moñas que yo esté o me sienta en uno de estos días tontos, un novio no es la solución que yo preciso. Si hablamos de hombres, que no lo es todo en la vida, aunque en los días tontos algo tienen que ver. Como digo, si hablamos de hombres, no necesito un novio. Necesitar, nada. Querer o desar, quizá. Un tío para empezar con dos cojones, que sepa lo que quiere y vaya a por ello. Que no le asuste ni mi capacidad intelectual ni torácica. Que no es esconda ante nadie y menos ante él. Que me coja de la cintura y me plante un buen besazo cuando me vea. Un tío que quiera vivir y no le asuste despertar mañana y encontrarse con lo desconocido. Que luche, que ría, que abrace y sienta sin miedo. ¡Ah! Que tome café. Y más cosas que censuro. En definitiva, que hoy tengo el día tonto y quizá, solo quizá debería de pensar que lo que necesito es un novio, todo sería más fácil pero entonces no sería yo. Y no estoy por la labor de pasar por ahí. Menos mal que ya volvió Manuel. ¿O en realidad es la coraza!?
Hoy tengo mis dudas : )
😊
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