martes, 14 de marzo de 2017

VERDADES INNECESARIAS

En estos días y por circunstancias de esas que nunca vienen al caso, le estoy dando alguna vuelta a eso de la infidelidad. Este tema lo debato siempre con un buen amigo mío del que aprendo en esos cafés express que nos tomamos de vez en cuando.

Él prefiere hablar de lealtad. Será porque lleva muchos años siendo infiel. Como en todas las cosas esenciales de la vida, cada uno versionamos según nos beneficie. Es normal y absolutamente legítimo.

Mi amigo dice que el hecho de tener sexo con otra mujer es infidelidad pero no deslealtad. Él considera que en su caso lo es a su mujer, porque la quiere. Acostarse con otras entraña una necesidad no cubierta en su cotidianidad y no encuentra que se pueda asociar con traición. ¡Porque él quiere a su mujer!

A lo largo de estos últimos años he podido descubrir múltiples versiones sobre esto. Todas curiosas y algunas incomprensibles para mí ya que cuando en alguna ocasión yo pensé que mi pareja podría estar con otra persona, se lo pregunté abiertamente, queriendo saber la verdad aunque eso conllevara verme obligada a tomar decisiones. Son esas verdades innecesarias a los que algunas personas se aferran las que no llego a compartir, aunque logre entender.

Yo prefería saberlo, afrontarlo, entenderlo y encontrar una respuesta a ese porqué que resonaba en mi cabeza. "Esas cosas no se dicen", me comentaba una amiga hace un par de meses charlando con ella de este tema. ¿No se dicen? Se saben pero no hay que verbalizarlas. Claro, son verdades innecesarias. 

Esas que hacen que nunca recuperes la confianza en el otro, pero seguimos siendo felices. Esas que nunca podrán desaparecer de tu cabeza pero sonreímos cogidos de la mano como si hace un rato, cuando te he visto mirando el móvil no me hubiera dado un vuelco el corazón. Esas que se esconden en lo más hondo del cajón mientras piensas en alguien que no está en ese momento en la comida familiar. Esas son, que eso no es ser infiel, ojo. No, ¡en fin!

Y mientras pasan los días, los años, la vida... Pero mejor así. Tú lo sabes yo lo sé. Ejemplaridad y barra libre.

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