jueves, 21 de noviembre de 2013

EN EL DESPACHO (Fantasías Sexuales-2)


¿Te vienes a la biblioteca? Pregunta mi compañero. Y que más da, pienso. Yo me voy a la biblioteca, al bar, al metro, a mi casa, a la suya… Pero donde me gustaría ir de verdad es a su despacho. Las clases con ella me ponen malo.


Voy andando sin rumbo y solo soy capaz de recordar como se pone y se quita las gafas cuando tiene algo que leer, como aprieta el nudo de su coleta y como estira su falda.

Me ha mirado, hoy me ha mirado si. He notado la calidez de sus ojos. Era a mí, estoy seguro. No puedo, no dejo de pensar en ese despacho, en esa mesa cubierta de libros y papeles y que tanto me gustaría tirar al suelo, como en las películas.

Voy por el pasillo y huele a ella. Mis ojos la buscan moviéndose sin cesar, al igual que otra parte de mi cuerpo.


Me paro frente a la puerta; quiero abrirla, deseo abrirla y encontrarla. Está cogiendo un libro de la estantería, se vuelve con rapidez, lo que hace que su pelo recogido cambie de lado bruscamente. Entro, en silencio y cierro la puerta, solo la miro. Su boca, sus labios pintados… Ardo en deseos de besarla. Me acerco, la miro, me acerco más. Mis manos no obedecen a mi cerebro y mi boca solo encuentra un destino.


Acaricio su espalda lentamente mientrascoloco mi mano en su nuca. La beso, la beso con toda la intensidad que tenía guardada para ella. Y entonces ya no hay retorno. Ella, en silencio, solo me mira, sonríe, su mirada me lo está diciendo todo. La deseo, me desea. Como en las películas… Esa mesa…


Eh, tío ¿te vienes o no? dice mi compañero. Al bar a por patatas fritas, ahí me voy! Contesto.


Gracias a ti por compartir tu fantasía y

Gracias a él por ayudarme con los matices…

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