martes, 12 de noviembre de 2013

ESTÁ EN MI SONRISA


Aquí estoy de nuevo, ya os dije que volvería. Soy Sephora y soy congoleña, os acordáis? Mi tía ya os habló de mí hace unos meses. Y es que esta noche, ella, mi tía, ha soñado conmigo. Mola mucho cuando lo hace, podemos hablar en francés y en español y jugamos al pilla-pilla y yo le cuento lo que hago aquí, en Kinshasa, mi ciudad. Y ella me dice lo bien que mi primo juega al fútbol allí en Madrid, la ciudad de ellos. Me gusta mucho que ella, mi tía, me sueñe.




Esta noche la he encontrado un poco triste, por eso la he abrazado más que ninguna otra noche y le ha dado tantos besos que al final nos hemos reído mucho por que le dolía la cara, a ella, a mi tía. ¿Os he dicho que se llama Ana y que la quiero mucho? Ella siempre se preocupa por nosotros, pero no solo por nosotros, la familia; sino por todos los congoleños que vivimos aquí en Kinshasa, mi ciudad. Bueno y en todo el país… Por eso a veces le duele la cabeza, por que mi país, la República Democrática del Congo es muy grande y somos un montón de gente y claro, si se preocupa por todos… Y es que es muy buena. Ella dice que no, pero yo os digo que si




Sabéis que Sephora es mi sobrina, esto es que lo que ella os diría desde su inocencia, desde la sencillez de pensamiento de una niña, desde un corazón grande y limpio. Sephora es una de esas esperanzas que llevo días diciendo que existen. Es una de esas posibilidades que tiene África de seguir hacia delante de manera hermosa. Sephora es congoleña y lo dice con orgullo, con el que le toca a pesar de las circunstancias por la que su país, la República Democrática del Congo atraviesa. Ella quiere que su tía, yo, siga soñando con ella muchas noches, quiere seguir hablando conmigo en francés y en español, quiere que su primo sea un futbolista famoso y poder presumir en su colegio. Sephora, mi sobrina, se merece poder hacer esto y mucho más. Por que como cualquier niño tiene el derecho a soñar, a luchar por que esos sueños se cumplan, a querer tener una vida, ni mejor ni peor que otras, una vida digna sin más.



Y yo, desde este acogedor rincón que para mi es este blog, una y otra vez os hablaré de ella, de su país, de su continente. Seré todo lo pesada que pueda hasta que todos vosotros os acordéis de ella cuando paseando por la Gran Vía de Madrid os paréis delante de la tienda de cosmética que se llama igualque ella, y sonriáis. Seguiré insistiendo hasta que cuando leías en el periódico Congo, sonriáis. Hasta que estas navidades veáis en algún puesto el relieve de África en algún collar, y sonriáis. Por que en una sonrisa, siempre hay esperanzaNO ME RENDIRÉ NUNCA, y os aseguro queridos,que soy mujer de palabra. : )

1 comentario:

  1. Sephora y Ana,
    luz africana.
    Congo si existe,
    sienten sus almas.

    Que callen armas,
    resistan hombres,
    canten mujeres
    y abran mañanas.

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