domingo, 23 de junio de 2013

EL COLOR DE TUS OJOS


Hay días en los que eligo los pendientes que me quiero poner y después tengo que pensar que ropa me quedará bien con esos pendientes ..... Hoy me acaba de pasar los mismo ... He elegido el titulo que quiero ponerle a esta entrada y ahora me toca escribirla .... La verdad es que me gustan los retos!

Y es curioso ver y pensar como por lo general los retos asustan. Pensamos que siempre es algo difícil, que es una manera de ponernos a prueba, que no vamos a ser capaces, que nos sentiremos fatal si no conseguimos superarlo. Pero os habéis puesto a pensar, de verdad, con pausa, lo emocionante de un reto?

Suena el despertador por la mañana y para mi es un reto levantarme antes de que hayan pasado quince minutos. Llegando a la puerta de mi trabajo, muchas mañanas para mi es un reto entrar con una sonrisa. Cuando mi jefe me pide algo que bien sabe él es casi un imposible, para mi es un reto mirarle y decirle amablemente que no se preocupe. Cuando te metes en el coche, con prisa, te encuentras "el atasco" y ves que no llegas al cole a buscar a tu hijo, para mi es un reto no apretar el claxon. Y que decir de ese momento en el super en el que llegas por fin a pagar, te haces pis, no puedes más y la cajera llama a su encargado para que le haga la recogida de billetes, es un reto soportar con estoicismo como cuentan esos billetes una y otra vez antes de introducirlos en el tubito .... Os dais cuenta? Superamos retos a cada instante, lo hacemos de manera inconsciente, y que valientes somos caramba!. Es una pena que casi nunca nos demos cuenta.

Hay tantas cosas de las que no nos damos cuenta verdad? O quizá no queramos por que eso vaya a suponer un nuevo reto. A veces estamos cansados de estar saltando barreras constantemente, a veces simplemente no queremos hacerlo y en otras ocasiones necesitamos ayuda y no sabemos pedirla. Y para poder hacerlo hay que mirar a los ojos y entonces queridos no importa el color, solo el calor y el amor que esos ojos te puedan dar. Nos miramos poco a los ojos y es una de las maneras más cálidas y generosas de hablarnos. Pocas cosas hay más reconfortantes que no tener que oir una palabra para saber lo que la otra persona te está diciendo.

Este es uno de mis retos favoritos, conseguir que no me importe el color de tus ojos.



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