Llegó sofocada a casa, el puto ascensor. Estaba cansada, no había cervezas frías en la nevera, el vino serviría. Cinco mensajes en el contestador, ¿y ahora donde están las llaves?, se le cayó el bolso, aquí están, debajo del sofá.
Mensaje 1.- Su madre.
Mensaje 2.- Pipi, pipi, pipi.
Mensaje 3.- Ha sido usted seleccionado… (pesadezz)
Mensaje 4.- Su madre.
Mensaje 5.- Pipi, pipi, pipi
Se sentó en el suelo, hacía calor, dió un sorbo a la copa de vino, sonrió. Cobarde, pensó.
Esperaba encontrar a la vuelta ese mensaje que tanto deseaba y necesitaba. Ninguno de los 5 logró saciar su intriga. Impotente y sentada en el suelo, suspiraba resignada clamando al cielo por la imprudente esperanza que sintió, al pensar que uno de los 5 mensajes sería el que tanto tiempo llevaba esperando. "Cobarde" pensó, acordándose de aquella persona cuyo mensaje no llegaba nunca.
No volvería a desear necesitando, no volvería a sentirse impotente, no clamaría más al cielo, nunca se sentiría imprudente por tener esperanza, no le esperaría más....
Cobarde era él, que no dejó mensaje e incluso sabiendo el contenido, mas cobarde aún por no haber tenido el valor de haberselo dicho en persona.
Una sonrisa apareció en su rostro; a veces hablar con una máquina impone y cabrea ... No, no podía ser, otra vez justificandole ... Estaba tan cansada, necesitaba ayuda, no sabía como seguir adelante.
Miró de nuevo el contestador, dio otro sorbo a la copa de vino y su sonrisa la delató. El número desde el que habían llamado por teléfono a su casa era su propio móvil ... Algo extraño pasó en esas 2 largas horas que recordaba vagamente. Una sensación de cobardía le estremeció repentinamente.
Había salido corriendo de la habitación del hotel, él le había dicho que se quedara y a ella le entró el pánico. El pánico al compromiso, el pánico a sentir por otro, el pánico a que la amaran, el pánico a volver a sufrir, el pánico a enfrentarse con sus miedos, se le cayó el móvil mientras corría. Él estuvo llamando sin descanso, una y otra vez, no solo dos, había más de 15 mensajes en su contestador. No se oía pipi, pipi, pipi, era su voz diciendo que la amaba; una y otra vez ...
La copa pegada a la mejilla y una lágrima cayó dentro. Cobarde gritó, cobarde lloró. Se quedó dormida entre lágrimas y sollozos y despertó al amanecer cansada, sofocada, con la ropa arrugada, una pierna adormilada por la mala posición en la que se había dormida y un intenso dolor en el corazón por ser de nuevo, una cobarde.
VOSOTROS DECIDÍS como sigo. ¿Cobarde ella o el que no dejó mensaje?
Gracias a Manu, Fabiana, Ana Isabel, Rodion Byrnison, Rubén, Chema y Angel por ayudarme a seguir ... Un beso
Y Michael Nyman por acompañarme con su piano.
Cansada y sofocada, esperaba encontrar a la vuelta ese mensaje que tanto deseaba y necesitaba. Ninguno de los 5 logró saciar su intriga. Impotente y sentada en el suelo, suspiraba resignada clamando al cielo por la imprudente esperanza que sintió, al pensar que uno de los 5 mensajes sería el que tanto tiempo llevaba esperando. "Cobarde" pensó, acordándose de aquella persona cuyo mensaje no llegaba nunca.
ResponderEliminar@RodionByrnison
Dos veces cobarde: por no dejar el mesaje y dependiendo del contenido del mensaje por no decirlo en persona.
ResponderEliminarSu sonrisa le delató después de probar el vino. El número desde el que habían llamado por telefono a su casa era su propio móvil... algo extraño pasó en esas dos largas horas que ahora recordaba vagamente.
ResponderEliminarUna sensación de cobardía le extremeció repentinamente.
Cobarde por no haber sido capaz de desvelarle en voz alta, que no había hecho nada por cambiar el destino, por hacerle creer con palabras que había dado el paso ...
ResponderEliminarCobarde el, q ofrecia un amor sin riesgo, sin el sabor del amor verdadero, un amor q no convencia q no invitaba a compartir mas q el tiempo suficiente para desfogar el instinto. La sola idea de perder mas tiempo q el necesario con el, la hizo salir corriendo. Sus lagrimas la sabian al olvido obligado de una amistad.
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