jueves, 25 de julio de 2013

MANÍAS CONFESABLES


Una de mis manías, de las confesables, es mirar los pies de la gente. Cuando voy en el metro entro mirando hacia abajo, me siento, miro los pies de las personas que tengo enfrente e imagino como son. Luego poco a poco voy subiendo la vista y lo mejor son las sorpresas que te llevas a veces!

¿No me digáis que a vosotros no os pasa algo parecido?

Es necesario distinguir claro, entre verano e invierno. En invierno predominan los colores oscuros y esto ya te predispone… Pero hay un mundo invernal muy atractivo, y son las botas.

Piernas entreabiertas, botas planas, anchas en la parte delantera y caña corta. Casi siemprecon un pantalón por dentro, suelen tener alguna tachuela o adorno metálico en los laterales. Persona joven, hombre o mujer, con walkman, mochila y ceño fruncido. Con este gesto intuimos el tipo de música que va escuchando ¿verdad?

A su lado y con piernas cruzadas descubrimos unas botas más bien bajas de caña alta, cremallera en un lateral y la tapa algo gastada. Mujer, lectora de novela entretenida, su momento es el ir y venir al trabajo en ese u otro vagón de un metro que le permitehacer volar a su imaginación.

No hay nadie más y entonces miro hacia un lado, hacia el otro… Y los descubro, a ellos, a esos tacones que me fascinan… Seguramente por mi incapacidad manifiesta para llevarlos, me gustan tanto. Ya sabéis, que tengo el pilo liso, lo quiero rizado; que lo tengo rizado, que suerte tener el pelo liso. Que soy alta, como me gustaría llevar zapatos altos; que mido poco, que harta estoy de los tacones…

Si, si ya sé que como todo en la vida hay tacones y tacones, o más bien, pies y piernas… ¿Veis? Los tacones nos llevan a fijarnos en los pies, aunque sea invierno y estén cubiertos, y en las piernas hasta cuando vayan ocultas con unas tupidas medias. Los tacones hacen volar la imaginación de ellos y les procuran a ellas otra manera de andar más sensual y provocadora; las caderas van y vienen llevando tacones…

Y llega el verano y con el calor nos encontramos con el festival de color en los zapatos y en los pies de la gente. Y entonces mi vista va y viene de un sitio a otro y observo como el sol, el calor, el tiempo de vacaciones nos hacer andar de maneradiferente. Con la alegría de una uñas pintadas de rosa fucsia, con la comodidad de unas sandalias planas, con ese punto de sonrisa al que te lleva esa pulsera tobillera trenzada en cuero, del bueno

¿Alguna manía que compartir, queridos?


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